Un 'hermano mayor' de la Policía Municipal en los botellones de Madrid

Agentes que tutelan a los menores madrileños.
Agentes que tutelan a los menores madrileños.
Policía Municipal Madrid
Agentes que tutelan a los menores madrileños.

Conducen vehículos camuflados, sin rotular. Visten de paisanos, sin uniformes. Y patrullan las plazas y los parques de la capital para evitar que cualquier menor consuma alcohol o drogas. Pero "no vamos de paisano para pillarlos sino para salvaguardar la intimidad de los menores. No es agradable para un menor que un Policía le lleve a casa", explican a 20minutos Christian (41 años), David (40 años) e Iván (41 años). 

Ellos son agentes tutores, una unidad que creó el Ayuntamiento de Madrid en 2002 para abordar los problemas de este colectivo vulnerable y que Almeida saca ahora a relucir para sofocar el aumento de menores en los botellones de los últimos fines de semana. En Madrid suman entre 150 y 170 agentes.

Actúan como lo haría un policía municipal: acuden al botellón y multan a quien incumpla la ley. Pero en su caso el trabajo es doble: detectar a los menores y ponerse en contacto con sus padres para que estén al corriente de la situación. O triple. Porque desde el pasado fin de semana, también, deben trasladar cada caso a la Fiscalía de Menores. "Antes solo se hacia en los casos puntuales".

Identificar a los menores no es tarea fácil. "Es complicado certificar si tienen menos de 18 años y, por un problema de número de policías, no da tiempo a pararlos a todos para comprobarlo". La experiencia de estos expertos indica que el número de botellones es similar a los años prepandémicos, pero el perfil de los asistentes es distinto. "La actitud es más irascible y fiestera". Eso sí, por tónica general no suelen encontrarse con casos agresivos.

La parte más ardua es la llamada a los padres. "Este fin de semana, por ejemplo, unos menores no nos querían dan dar los teléfonos de sus padres por miedo a la reacción. Así que les separamos y les metimos en la oficina. Ahí les convencimos contándoles que la alternativa a no conocer a sus progenitores es ir a un centro de menores. 

Ahí ya nos dieron sus números", relatan al tiempo en que cuentan la reacción de los padres. "Normalmente se asuntan, después se enfadan, pero  intentamos que vean que lo que están realizando, aunque tiene consecuencias, tampoco han matado a nadie. Y casi siempre nos agradecen la actuación".

Su trabajo es voluntario, explican a este medio. Su sueldo no es mayor al de otros policías municipales a raíz de esta labor. Deben haber pasado unos cursos de formación, gozar de habilidades sociales y tener sensibilidad hacia los menores. 

Estos son los requisitos para pertenecer a esta unidad que este puente de octubre augura un aumento de trabajo en los grandes parques de la capital. Los más jóvenes de la unidad podrían incluso participar de la última apuesta de la delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz: infiltrar a sus agentes más jóvenes de la Policía Municipal en estas multitudes, a fin de acabar con la impunidad del consumo de alcohol en la calle (vetado por una ley regional de 2002) y la inseguridad que está atrayendo.

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