Una docena de agentes de la Brigada Antidrogas de Los Ángeles ha irrumpido este miércoles  en la clínica en Houston que posee Conrad Murray, el médico personal de Michael Jackson. 

Murray se encontraba con Jackson cuando éste falleció, aunque nunca fue considerado sospechoso de su muerte. Sí fue interrogado por la Policía, pero en calidad de testigo. El médico relató entonces, a través de su abogado, que había entrado ese jueves fatal en el dormitorio de Jackson "de forma fortuita", y

También desmintió que hubiera inyectado un potente calmante al artista antes de morir, tal y como se había rumoreado.

Un comunicado hecho público por la oficina del abogado de Murray, Edward Chernoff, indicó que las autoridades investigan actualmente evidencias de "homicidio sin premeditación" en relación con la muerte de Jackson.

Chernoff precisó que los investigadores requisaron el disco duro de un ordenador y 21 documentos, ninguno de ellos requerido anteriormente por la Policía o la oficina del juez de instrucción.

Los medicamentos, ¿la causa?

Jackson, de 50 años, falleció el pasado 25 de junio en su casa de Los Ángeles a causa de un ataque cardíaco,  justo poco después de que hubiera anunciado una gira de 50 conciertos en Londres.

Los interrogantes sobre su muerte, lejos de aclararse, parecen multiplicarse por momentos: su hermana Latoya sostiene que Jackson fue asesinado y que sabe quién lo hizo, aunque no ha revelado el nombre del homicida.

Por otra parte, la cadena CNN ha revelado que Jackson tomaba más de diez pastillas diarias para calmar la ansiedad y que su estado de salud estaba muy deteriorado.

The New York Times  informó de que la parte fundamental de la investigación se centraba en la medicación, que recibía el cantante por lo que la Policía había requisado el coche de Murray.