La sobrecualificación sigue siendo un problema: los universitarios españoles se mantienen a la cabeza en Europa

  • Si bien España sigue siendo el país de la UE-27 con más sobrecualificación, este año los datos han disminuido.
  • Después de Italia, España es el país que recibe más fondos mediante subvenciones bajo el programa 'Next Generation'.
El ministro de Universidades, Manuel Castells, en una rueda de prensa.
El ministro de Universidades, Manuel Castells, en una rueda de prensa.
M.FERNÁNDEZ. POOL / Europa Press
El ministro de Universidades, Manuel Castells, en una rueda de prensa.

Las tendencias en la universidad española son positivas pero subsisten graves problemas: escasa financiación, poca autonomía para tomar decisiones y la elevada sobrecualificación (ocupados universitarios en puestos de baja cualificación), con la tasa más alta de la Unión Europea.

Es la radiografía de la enseñanza superior española del último informe anual de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), presentado este miércoles en rueda de prensa por su vicepresidente, Francesc Solé, y el coordinador general del documento, Martí Parellada.

Durante la presentación, Solé y Parellada han destacado que siguen los niveles elevados de sobrecualificación y de sobretitulación (sobreestimación de la cualificación de los titulados universitarios).

Si bien España sigue siendo el país de la UE-27 con más sobrecualificación, este año los datos han disminuido, lo que en parte se puede explicar —según Solé— a que hay una oferta más diversa de títulos.

Bajar dichos niveles de sobrecualificación y sobretitulación no compete solo a las universidades, pero sí puede tener una oferta de titulaciones que se adapte mejor a las necesidades del mercado laboral, ha explicado Solé.

De acuerdo a los datos de Eurostat, en 2020, del total de los graduados superiores españoles que estaban trabajando, el 63,9% lo hacía en puestos de alta cualificación (directores y gerentes; técnicos y profesionales científicos e intelectuales; técnicos y profesionales de apoyo).

Un año más, el dato español es el más reducido de todos los países de la UE y queda a casi 13 puntos de distancia de esta (en la UE-27 el 76,5% de los graduados superiores con empleo desempeñaba tareas de alta cualificación; menos de uno de cada cuatro, pues, se ocupaba en ocupaciones de baja cualificación, frente al más del 36% de España).

Por otro lado, según cifras del curso 2019-2020, se mantiene la tendencia al crecimiento de la participación de las universidades privadas en el conjunto del sistema universitario español: la matrícula de grado de los alumnos de la pública registra una mínima caída del 0,6% mientras que en las privadas sube un 5,8%. En el máster oficial las privadas crecen un 20,4% y las públicas un 2%.

Pese a su progresiva mejora, los dos responsables de la Fundación CYD han destacado asimismo la baja transferencia de tecnología a la empresa, aunque el crecimiento de las cifras se acerque a los datos del 2009.

Al igual que ocurre en países del entorno, la Universidad española muestra unos resultados notables en investigación si se mide por el número de publicaciones científicas, no así en el número de 'spin-off' universitarias creadas o patentes.

El informe recoge tres palancas de transformación que se necesitan impulsar para que la universidad goce de más flexibilidad y capacidad en la toma de decisión, así como también pueda aumentar sus recursos de forma significativa.

En primer lugar, la digitalización, pero no entendida como un "power point colgado en la red" sino como una transformación global y profunda, ha explicado Parellada, que ha remarcado la importancia de la segunda palanca: la iniciativa de las Universidades Europeas, puesta en marcha por la Comisión Europea.

Su objetivo es conseguir el "Área Europea de Educación" en 2025 con la movilidad entre países y con universidades que trabajen sin problemas al margen de las fronteras para consolidar a Europa como continente de excelencia por su nivel educativo e investigador.

La última palanca son los fondos Next Generation, en total 750.000 millones de euros para el período 2021-2023, de los que 390.000 millones son subvenciones y el resto, préstamos. Después de Italia, España es quien más recibe de estos fondos mediante subvenciones (76.000 millones, un 19,5% del total).

En términos de financiación, la universidad española sigue estando lejos de las magnitudes comparables en el promedio de la OCDE y de los recursos de que disponen los sistemas universitarios vecinos: el gasto por alumno en nuestro país está un 20% por debajo de la media de la OCDE, han remarcado Solé y Perellada.

En su opinión, un aumento de los recursos es imprescindible para abordar los retos a los que se enfrenta, de lo contrario su reforma y mejora tendrán poco recorrido.

Sobre la reforma del sistema que impulsa el Ministerio de Universidades —la futura ley orgánica LOSU—, los dos responsables han coincidido en que es un texto bienintencionado y con aspectos positivos, pero necesita mejoras en cuestiones como la autonomía universitaria y los órganos de gobierno.

Perellada no ha compartido la idea del ministro Manuel Castells de eliminar los grados de tres años, porque "la lógica da pie a pensar que habría que homogeneizar" la duración de las titulaciones con el resto de Europa.

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