La lava alcanza el mar en La Palma tras diez días de erupción y forma una pirámide de magma de 50 metros

Momento en que la colada de lava de la erupción volcánica de La Palma llega al mar, en una zona de acantilados en la costa de Tazacorte.
Momento en que la colada de lava de la erupción alcanza el mar en La Palma.
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Momento en que la colada de lava de la erupción volcánica de La Palma llega al mar, en una zona de acantilados en la costa de Tazacorte.
Momento en que la colada de lava de la erupción alcanza el mar en La Palma
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La colada de lava que emerge de la erupción volcánica de La Palma llegó sobre las once de la noche (hora insular canaria) de este martes al mar, en una zona de acantilados en la costa de Tazacorte. La lava fue cayendo de forma lenta, y, en un primer momento, lo único que se podía ver a lo lejos eran piedras candentes precipitándose en el mar, según mostraban la retransmisión de Televisión Canaria desde un barco y las imágenes facilitadas desde el buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Ramón Margalef.

Menos de dos horas después, el material magmático caído en el mar había formado una especie de pirámide de más de 50 metros de altura, según informó el propio IEO.

En sus redes sociales, el IEO indicó que estaba observando el avance hasta el pie del acantilado costero de las lavas que proceden de la colada sur del volcán de La Palma. Añadió que se estaba generando un "impresionante depósito" de más de 50 metros de altura.

Según manifestó el oceanógrafo Eugenio Fraile a la Televisión Canaria, se formó una pirámide perfecta dorada rodeada de nubes blancas que contienen gases, pero que se diluyen rápidamente.

La colada alcanzó el mar tras rebasar la montaña de Todoque (su último escollo) y cruzar la carretera de la costa, dejando cortada esta vía de comunicación. Empezó a caer al mar desde una altura de unos cien metros por un acantilado situado en las cercanías de la playa El Guirre, en Tazacorte.

La oscuridad de la noche no permitía ver claramente las columnas de vapor de agua que supuestamente se formaron por el choque térmico de la lava con el mar, columnas que llevan unos gases que pueden resultar tóxicos para los ojos, los pulmones y la piel.

Sí se constataba un humo negro, que forma parte del proceso que se produce cuando la lava cae al mar.

La colada de lava de la erupción volcánica de La Palma llega al mar en una zona de acantilados en las cercanías de la playa El Guirre, en Tazacorte.
La colada de lava de la erupción volcánica de La Palma llega al mar en una zona de acantilados en las cercanías de la playa El Guirre, en Tazacorte.
ÁNGEL MEDINA / EFE

Momentos antes de que la colada llegara al mar pasadas las 11 de la noche (hora canaria), se había evacuado la zona del puerto de Tazacorte, en el que se congregaban, entre otros, numerosos periodistas, que se desplazaron hasta el mirador de la montaña El Time.

Desde allí se divisaba desde la lejanía la caída de la lava por el acantilado, situado ligeramente al norte del lugar donde cayeron las coladas de lava del volcán de San Juan en 1949.

Imágenes de la colada de lava del volcán de La Palma que ya ha cruzado la Carretera de la Costa.

Diez días después del inicio de la erupción en La Palma, los vecinos siguieron este martes conteniendo la respiración. Sumidos en la incertidumbre sobre la evolución de las coladas, durante este tiempo han contemplado atónitos cómo el volcán exhibía un comportamiento cambiante y alternaba periodos explosivos con parones en la actividad y etapas efusivas con profusa emisión de lava, que ha arrasado con todo a su paso.

El avance de estos ríos de lava hacia el océano ha constituido desde el inicio de la erupción una de las grandes preocupaciones de los expertos y los palmeros, debido a las reacciones que se prevé que desencadenen al entrar en contacto con el agua.

En las horas previas a la llegada de la lava al mar, el volcán había sorprendido a los científicos y a los isleños con sus cambios, después de sufrir un parón en la madrugada del lunes y recuperar una actividad "más imponente y más intensa" a media tarde ese mismo día. Con la emisión de lava mucho más fluida que avanzaba a mayor velocidad y menos explosiones, comenzaba a mostrar un comportamiento hawaiano combinado con el estromboliano anterior.

A primera hora de la tarde del martes, el frente de lava se situaba en el camino de El Pampillo, en el límite de los municipios de Los Llanos y Tazacorte, a unos 1.000 metros de la costa en línea recta, según anunció el Director Técnico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (PEVOLCA), Miguel Ángel Morcuende.

La lava avanzaba entonces a una velocidad de unos 300 metros por hora y los expertos no se atrevían a pronunciarse sobre la llegada de las coladas a la costa. Hasta ese momento, las lenguas de fuego ya habían arrasado varias plataneras a su paso, donde la combustión de los plásticos de los invernaderos y los fertilizantes -que son explosivos- provocaron la emisión de una nube tóxica. Por fortuna, estos gases no llegaron a afectar a ninguna persona, ya que se circunscribieron a la zona de exclusión hasta que se diluyeron.

Marcada por este carácter hawaiano, la lava -más caliente, más fluida y más rápida- continuó su avance y las coladas rodearon la montaña de Todoque ya de noche y cruzaron la carretera de la costa. Todo ello, en una jornada en la que la nube de gases y cenizas expulsada por el volcán alcanzó los 7.000 metros y afectó a la actividad aérea de la isla, donde no se operaron vuelos.

En las poblaciones cercanas al punto en que la colada empezó a caer al mar, los vecinos recibieron la orden de confinarse. Hasta el momento, la lava del volcán ha cubierto 258 hectáreas y ha afectado a 686 edificaciones, de las cuales 589 están destruidas, mientras que el número de personas evacuadas de sus hogares se sitúa en unas 6.200.

Declaración de 'zona catastrófica'

A más de 2.000 kilómetros de La Palma, el Consejo de Ministros declaró este martes 'zona catastrófica' toda la isla y aprobó las primeras ayudas: 10,5 millones de euros destinados a adquirir 107 viviendas para los damnificados, así como muebles y electrodomésticos. Son parte de las medidas de urgencia previas a la fase de reconstrucción de la isla, que consistirá en la reparación y restauración de daños en las casas, infraestructuras viarias hidráulicas, explotaciones ganaderas, cultivos, zonas forestales y equipamientos públicos. 

El primer centenar de estas viviendas, que serán adquiridas en propiedad por el Gobierno de Canarias, estarán ya disponibles a principios de octubre y se espera contar con 300 a finales de año.

Además, el Ejecutivo canario ha puesto en marcha la Oficina de Atención a la Ciudadanía por la Emergencia Volcánica, según ha informado en el pleno el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres. El jefe del Gobierno ha explicado que este servicio servirá para "dar respuesta a quienes han perdido su casa, sus terrenos o su empleo". "Para recoger y organizar toda la información necesaria y poder, también, elaborar un plan infraestructuras”, ha añadido.

También este martes se celebró la reunión preparatoria de la Comisión Mixta que abordará la crisis volcánica de La Palma, que estuvo presidida por Torres y por el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, conectado por videoconferencia. También participaron, entre otros, los ministros de Presidencia, Félix Bolaños; del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el titular del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, en una sesión que supuso el primer paso para empezar a aliviar las necesidades de los palmeros.

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