El Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Toledo, dentro de su trabajo para dar una respuesta policial al tráfico y consumo de drogas en la provincia, realizó el pasado 17 de septiembre una inspección en una plantación supuestamente dedicada al cáñamo industrial ubicada en Sonseca, con el fin de comprobar su situación legal para evitar el tráfico y elaboración de estupefacientes.
En esta inspección, según ha informado en nota de prensa la Guardia Civil, los agentes tomaron una muestra de las plantas para su análisis por el Área de Sanidad de Toledo para comprobar el índice máximo legal del componente psicoactivo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol, más conocido como THC.
El resultado arrojó que estas plantas eran en realidad cannabis sativa, con una tasa elevada de 0,56% de THC y superior al máximo permitido, las cuales habían sido modificadas genéticamente para asimilarlas al cáñamo industrial y tener una apariencia legal.
El día 21 de septiembre los guardias civiles regresaron para realizar una segunda inspección, momento en el que se encontraron a varias personas cortando y picando las distintas plantas con el fin de ocultar la producción al saber que la sustancia estaba siendo analizada e iban a ser descubiertos.
Todos estos indicios fueron suficientes para aprehender el total de 12.000 plantas de marihuana cannabis sativa y detener a las seis personas encargadas de su producción, cinco hombres y una mujer con edades entre los 31 y 39 años y sin antecedentes penales.
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