El verdadero origen de los japoneses: su ADN revela una triple procedencia

Para nombrar a su país los japoneses usan la palabra Nippon, que significa literalmente el país del sol naciente y que en español también es usada como sinónimo de japonés (nipón). El uso de Japón en vez de Nippon para referirse al país viene a través de la pronunciación en cantonés: Yahtbún.
Japoneses.
Pixabay/sofi5t
Para nombrar a su país los japoneses usan la palabra Nippon, que significa literalmente el país del sol naciente y que en español también es usada como sinónimo de japonés (nipón). El uso de Japón en vez de Nippon para referirse al país viene a través de la pronunciación en cantonés: Yahtbún.

Una nueva investigación sobre la genética nipona ha descubierto que el origen de la población actual de Japón es tripartito, ya que presentan firmas genéticas de los primeros cazadores-recolectores indígenas Jomon, de los agricultores inmigrantes Yayoi y de los pueblos Kofun. 

Así lo demuestra un estudio publicado en la revista Science Advances, que actualiza, tras analizar un total de doce genomas nipones antiguos, las anteriores afirmaciones que sostenían un origen genético japonés dual.

Concretamente, la investigación señala que a los dos anteriores componentes genéticos se le añade uno nuevo, el vinculado a los pueblos Kofun, cuya cultura se extendió en Japón entre los siglos III y VII.

La evolución de la población japonesa

El archipiélago japonés ha estado ocupado por seres humanos desde hace al menos 38.000 años, pero Japón solo experimentó rápidas transformaciones en los últimos 3.000 años, primero pasando de la búsqueda de alimentos a la agricultura de arroz húmedo, y luego a un estado imperial tecnológicamente avanzado.

La hipótesis anterior, de larga data, sugería que las poblaciones japonesas continentales derivaban de la doble ascendencia de los cazadores-recolectores-pescadores indígenas Jomon, que habitaron el archipiélago japonés desde hace unos 16.000 a 3.000 años, y posteriormente de los agricultores Yayoi, que emigraron desde el continente asiático y vivieron en Japón desde aproximadamente el año 900 a.C. hasta el 300 d.C.

Pero los 12 genomas japoneses antiguos recién secuenciados, procedentes de los huesos de personas que vivieron en periodos anteriores y posteriores a la agricultura, también identifican una afluencia posterior de ancestros de Asia Oriental durante el periodo imperial Kofun, que duró entre el 300 y el 700 d.C. aproximadamente y que supuso la aparición de la centralización política en Japón.

Shigeki Nakagome, profesor adjunto de Psiquiatría en la Facultad de Medicina del Trinity College de Dublín, dirigió la investigación, que reunió a un equipo interdisciplinar de investigadores de Japón e Irlanda, explica que "los investigadores han ido aprendiendo cada vez más sobre las culturas de los periodos Jomon, Yayoi y Kofun a medida que aparecen más y más artefactos antiguos, pero antes de nuestra investigación sabíamos relativamente poco sobre los orígenes genéticos y el impacto de la transición agrícola y la posterior fase de formación del estado", añade.

"Tenemos un modelo tripartito completamente nuevo de los orígenes genómicos japoneses".

"Ahora sabemos que los ancestros derivados de cada una de las fases de forrajeo, agraria y de formación del estado contribuyeron de forma significativa a la formación de las poblaciones japonesas actuales", indica. "En resumen, tenemos un modelo tripartito completamente nuevo de los orígenes genómicos japoneses, en lugar del modelo de doble ascendencia que se ha mantenido durante un tiempo significativo", añade.

Además del descubrimiento general, los análisis también descubrieron que los Jomon mantuvieron un pequeño tamaño de población efectiva de alrededor de 1.000 personas durante varios milenios, con una profunda divergencia de las poblaciones continentales fechada hace 20.000-15.000 años, un periodo en el que Japón se volvió más insular geográficamente por el aumento del nivel del mar.

El archipiélago japonés se hizo accesible a través de la península de Corea a principios del Último Máximo Glacial, hace unos 28.000 años, lo que permitió el desplazamiento entre ambos. Y el ensanchamiento del estrecho de Corea hace entre 16.000 y 17.000 años, debido a la subida del nivel del mar, puede haber provocado el posterior aislamiento del linaje Jomon del resto del continente. Estos periodos de tiempo también coinciden con las pruebas más antiguas de la producción de cerámica Jomon.

"El pueblo indígena Jomon tuvo su propio estilo de vida y cultura dentro de Japón durante miles de años antes de la adopción del cultivo del arroz durante el posterior periodo Yayoi. Nuestro análisis revela claramente que se trata de una población genéticamente distinta, con una afinidad inusualmente alta entre todos los individuos muestreados, incluso los que difieren en miles de años de edad y se han excavado en yacimientos de diferentes islas", explica Niall Cooke, investigador de doctorado en el Trinity. "Estos resultados sugieren fuertemente un período prolongado de aislamiento del resto del continente".

La expansión de la agricultura suele estar marcada por la sustitución de la población, como se documentó en la transición neolítica en la mayor parte de Europa, con solo mínimas contribuciones de las poblaciones de cazadores-recolectores observadas en muchas regiones.

Sin embargo, los investigadores encontraron pruebas genéticas de que la transición agrícola en el Japón prehistórico implicó un proceso de asimilación, más que de sustitución, con contribuciones genéticas casi iguales de los indígenas Jomon y de los nuevos inmigrantes asociados a la agricultura de arroz húmedo.

Varias líneas de evidencia arqueológica apoyan la introducción de nuevos grandes asentamientos en Japón, muy probablemente desde el sur de la península de Corea, durante la transición Yayoi-Kofun. Y los análisis proporcionan un fuerte apoyo al intercambio genético implicado en la aparición de nuevos rasgos sociales, culturales y políticos en esta fase de formación del estado.

"El archipiélago japonés es una parte del mundo especialmente interesante para investigar utilizando una serie temporal de muestras antiguas, dada su excepcional prehistoria de larga continuidad seguida de rápidas transformaciones culturales. Nuestros conocimientos sobre los complejos orígenes de los japoneses actuales demuestran una vez más el poder de la genómica antigua para descubrir nueva información sobre la prehistoria humana que no podría verse de otro modo", añade Dan Bradley, catedrático de Genética de Poblaciones de la Facultad de Genética y Microbiología de Trinity, que codirigió el proyecto.

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