Este jueves, Telecinco emitió el estreno de Secret Story. Al inicio, el programa desveló algunos de los secretos que guardarán los concursantes, y después pasó a dar los nombres de algunos participantes que aún no se habían confirmado.

Entre estos estuvieron los Gemeliers, uno de los fichajes que más impactó a la audiencia. Al principio, solo se veía las siluetas de los artistas, pero finalmente se hizo la luz y se descubrieron sus rostros. 

"Sois de las últimas personas que me imaginaba en un reality", dijo un risueño Jorge Javier Vázquez, presentador del concurso, justo antes de preguntarles quién es Jesús y quién Daniel, solucionando probablemente una incógnita en la cabeza de gran parte de la audiencia.

En su presentación, los jóvenes aprovecharon para reivindicar su carrera y para avanzar algo sobre su concurso: "Nuestro secreto va a dar mucho que hablar". Y es que, cabe recordar que el concurso consiste en que, cada uno de los convivientes tiene una información que proteger sobre sí mismos a la vez que buscarán averiguar las de los de los demás.

Después, los artistas conocieron a Emmy Russ en lo que parecía una sala de informaciones muy similar al icónico confesionario de Gran Hermano. La joven se presentó como la reina de los realities alemanes, y destacó su seguridad en sí misma, su belleza y su inteligencia.

Con lo que no contaba la exuberante influencer es que tendría que ser una buena mentirosa. Y es que, junto a los Gemeliers tenía una misión que les encomendó Jorge Javier Vázquez: el resto de concursantes debían pensar que ella, afincada en Madrid desde hace varios años, no sabía hablar español y que, además, ellos hablaban alemán. 

Hasta próximo aviso, los cantantes tenían que inventarse dicho idioma para traducirle a la joven todo aquello que dijeran los demás contrincantes y viceversa, en un juego que prometía generar más de una confusión y momentos cómicos... pero la trama no tuvo mucho recorrido.

Y es que, en cuanto el trío conoció al resto de concursantes, estos se mostraron muy escépticos ante las supuestas barreras comunicativas de la joven. Además, esta tardó muy poco en tener un lapsus delator y hablar un perfecto castellano que no pasó desapercibido para Lucía Pariente, que destapó la farsa. Eso sí, hasta ese momento, fue una escena llena de risas, confusión y surrealismo.