"En una de mis primeras noches me dejaron sola con tres bebés de la UCI a mi cargo"

  • Entrevista con una enfermera de neonatología del Gregorio Marañón.
  • Las enfermeras culpan a la mala organización de la muerte de Rayan.
  • "Avisamos hace un año de las terribles consecuencias que podían tener la precariedad, la rotación y la falta de especialización".

"Me podía haber pasado lo mismo que a la enfermera que atendió a Rayan. No me lo quito de la cabeza". Miriam, una enfermera del área de neonatos del Gregorio Marañón  -en la que estaba ingresado Rayan, el bebé que murió el pasado lunes después de que una enfemera recién llegada a la unidad le suministrase alimento en vena- denuncia que la mala organización del hospital es más culpable de la muerte del bebé que su compañera.

"Es un error horrible", explica Miriam, que prefiere no dar su verdadero nombre para evitar represalias, "pero no hay que achacar lo ocurrido sólo a la enfermera, sino a la propia organización del servicio de enfermería del Gregorio Marañón, a la precariedad de los contratos y a la falta de formación de las enfermeras noveles", afirma.

Rotación de enfermeras

Las enfermeras de neonatología sabían que una tragedia así podía ocurrir. Hace justo un año que Miriam y otras 60 compañeras enviaron un escrito a la jefatura del servicio de denunciando que un exceso de rotación del personal ponía en grave riesgo la seguridad de los pacientes.

Se cubren las bajas con enfermeras de otros servicios cogidas al vuelo

Miriam insiste: "las ratios oficiales se cumplirán, pero a base de cubrir las bajas del personal con enfermeras de otros servicios cogidas al vuelo y sin formación".  Eso le ocurrió a la enfermera de Rayan, que pasa estos duros momentos ingresada en una clínica psiquiátrica. Fue contratada para pediatría, "una planta en la que tratan a niños más mayores", explica Miriam, pero estaba en la UCI la noche en que murió Rayan porque una supervisora le pidió que bajase a "familiarizarse con el servicio", según consta en el informe oficial de Sanidad.

Miriam también se ha visto en esta situación más de una vez. "Estaba contratada para un servicio diferente, pero me llamaban de la UCI cuando faltaban manos".  Miriam recuerda con pavor algunos turnos de noche de hace un año en el que estaban de menos en el servicio: "Una vez me mandaron a las diez a la UCI de los neonatos y me dejaron tres niños a mi cargo. Al tercer bebé no pude ni verle la cara hasta las cuatro de la madrugada. Y otra compañera tenía a cuatro niños del box para ella". Otro día le tocó entrar en quirófano de maternidad, sin siquiera haber hecho una práctica preparatoria.

Personal cualificado

La excesiva rotación de las enfermeras y la precariedad (renuevan continuamente contratos bimensuales) hace que también se resienta su especialización. "Hay gente estupenda en el servicio, que te explica y te ayuda muchísimo, pero también es verdad es que es tal la carga asistencial que no se pueden parar a formar en condiciones a las nuevas enfermeras, que encima hoy están aquí y mañana allí", dice Miriam.

Para colmo, explica Miriam, el Gregorio Marañón ha padecido severamente la fuga de personal de enfermería cualificado a los hospitales nuevos de la Comunidad de Madrid. "La mayoría de las enfermeras que había en la UCI cuando murió Rayan eran nuevas, con menos de un año de experiencia en esta unidad", denuncia.

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