Qué pasa si te alcanza un rayo: desde el paro cardíaco hasta las 'figuras de Lichtenberg'

Las probabilidades de que una persona se alcanzada por un rayo son mínimas, concretamente, una entre 500.000. Sin embargo, cuando se da una tormenta eléctrica con lluvia, viento, truenos, relámpagos y rayos es muy común parar a preguntarse qué pasaría en caso de ser alcanzado por uno de estos. 

Las estadísticas dicen que son 240.000 personas las que tienen la mala suerte de ser alcanzadas por un rayo cada año, de las cuales sobreviven entre 7 y 9 de cada 10, por lo que los rayos no son tan letales como se cree, tal y como indica Infosalus. 

A estas estadísticas hay que sumarle, además, el dato de que en las ciudades es menos probable ser alcanzado por un rayo, ya que los altos edificios con estructura metálica y los pararrayos constituyen un modo de protección, algo contrario a lo que sucede en el medio rural, con los altos árboles y los edificios bajos que atraen las descargas.

¿Qué peligros tiene que te caiga un rayo? 

El 10% de las personas a las que les cae un rayo mueren, por lo que hay un 90% de personas que, aunque pueden sufrir lesiones, sobreviven al ser alcanzados por un rayo. Así lo explican desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, donde apuntan que la causa de muerte más común por el rayo es el ataque cardíaco. 

Otras lesiones causadas que pueden causar los rayos son:

Así, la influencia del rayo en el sistema nervioso puede generar lesiones neurológicas, además de lesiones cardiopulmonares. Entre otras consecuencias de la caída de un rayo, se encuentran la asistolia, la insuficiencia cardiaca severa, la fibrilación ventricular, el paro respiratorio por daño directo del sistema nervioso central o el derrame pericárdico masivo. 

Además, la pérdida de la visión y/o audición, las fracturas, la pérdida de la memoria o confusión, los trastornos en la conducta y quemaduras graves son otras de las consecuencias que puede tener el hecho de ser alcanzado por un rayo . 

Hay que destacar que, aunque no reviste gravedad, los rayos pueden dejar marcas ramificadas en la piel, unas impresionantes cicatrices que se conocen con el nombre de “figuras de Lichtenberg”.