Militares españoles en Afganistán: "La misión de Kabul nos ha puesto al límite en el avión y emocionalmente"

Robles felicita a los últimos 53 militares españoles procedentes de Dubai en la Base Aérea de Zaragoza
Los últimos 53 españoles procedentes de Afganistán en la base de Zaragoza.
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Robles felicita a los últimos 53 militares españoles procedentes de Dubai en la Base Aérea de Zaragoza

La misión para la evacuación exprés de los españoles en Afganistán, los colaboradores del Ejército y algunos civiles activistas tras la toma del poder de los talibanes ha sido la más dura que han vivido miembros de las Fuerzas Armadas en sus dilatadas carreras. Así lo confirma en una entrevista en Heraldo de Aragón el teniente coronel José Ramón Paniagua. "La misión de Kabul nos ha puesto al límite en el avión y emocionalmente".

Piloto de aviones A400M, Paniagua ha volado misiones desde 1994, pero estos días han sido particularmente intensos. "Los aviones se han portado muy bien y hemos conseguidos sacar a todo el mundo que hemos podido", ha reconocido este experto piloto militar.

El atentado que costó la vida a más de 170 civiles y 13 militares pilló en suelo afgano a Paniagua, que pudo ver una columna de humo a lo lejos, pero que reconoce que en la "vorágine del trabajo" no le dio tiempo a pensar en las gravísimas consecuencias que supuso el golpe del ISIS.

Un esfuerzo que no se podía mantener

Cada vuelo que pilotaba Paniagua era de unas seis o siete horas. Su equipo ha completado alrededor de 150 horas de vuelo entre las 17 rotaciones realizadas entre Dubái y Kabul.  Para llevarlas a cabo, había tripulaciones que volaban "espalda contra espalda. Es decir, llegaban, dormían seis horas y volvían al avión".

Los héroes de la misión reconocen que al principio sintieron que la situación era muy insegura, pero que enseguida lo que más les preocupó fue la gran cantidad de gente que quería salir del país y que intentaron llevar los aviones al límite. "Los compañeros nos preguntaban si podíamos sacar a 140 a 150 y les decíamos que sí, y aún se podría llevar a más".

Respecto a los que se quedaron atrapados en Kabul, Paniagua reconoce que se le ha quedado la sensación de que tenían que haber hecho más porque había más gente queriendo salir del país, "pero fríamente hay que poner punto final", asegura. "El esfuerzo que llevábamos era insostenible y no se podía haber mantenido mucho más tiempo".

"Era muy duro emocionalmente"

"He pasado por Aviano (Italia), Bosnia, Afganistán, Iraq, Haití, Malí y Chad… Llevo volando desde 1994, pero esta vez la misión nos ha puesto al límite, tanto en el avión como emotivamente. Cuando salíamos de la cabina y veíamos el avión lleno y les ayudábamos a bajar era muy duro emocionalmente", reconoce este militar en una entrevista ya en tierras aragonesas.

Lo que más le impresionó, explica, es ver a una familia con una mochila solamente en la que "habían metido toda su vida". Eran un padre, una madre, abuelos y tres o cuatro niños. "Lo habían dejado todo y se habían confiado plenamente a nosotros".

Preguntado si espera recibir reconocimiento u homenaje por su labor heroica, Paniagua responde al diario: "Como dijo un compañero, a ver si luego se nota en el reparto de los presupuestos. Eso es lo que necesitamos".

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