La Opel cifra su futuro en un duro ajuste laboral

La empresa plantea fuertes recortes para que se mantengan los empleos.
Los sindicatos aragoneses rechazaron ayer de plano la propuesta realizada por la dirección general de General Motors España para facilitar que la fabricación del Opel Meriva se quede en la planta de Figueruelas.

Los representantes de los trabajadores no están dispuestos a ceder, entre otras cosas, en una congelación salarial de ocho años para intentar competir con Polonia en la construcción del nuevo modelo de Opel.

El plan de General Motors incluye, además de la congelación de los salarios, la eliminación de dos pausas de 10 minutos a partir de 2008 para compensar las diferencias de horarios con la planta de Gliwice (Polonia).

El resto de medidas pasan por aumentar la flexibilidad laboral con un máximo de 15 jornadas adicionales de trabajo al año (que se pagarían como ordinarias y no como extras) y por la externalización de la fabricación del salpicadero.

Los sindicatos mantuvieron ayer asambleas para consultar a los trabajadores y hoy se reunirán con el comité de empresa para coordinar una postura común y adoptar la posición que hay que defender. Sin embargo, la opinión de los sindicatos es clara: tal y como está redactada, la propuesta es «inaceptable».

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