El ansiado reencuentro entre Alberto y Charlène de Mónaco se ha producido después de meses separados gracias a que el príncipe viajó a Sudáfrica para reencontrarse también con sus hijos.
Sin embargo, todos los focos de atención se han posicionado en el estado físico de la princesa, que se encuentra visiblemente deteriorada.
Jacques y Gabriella, de tan solo seis años, acompañaron a su padre en el viaje para volver a ver a su madre.
La prensa del corazón estaba pendiente de la relación del matrimonio ante los rumores de una posible ruptura.
La propia Charlène ha sido quien ha difundido varias fotografías, que ha despejado todo tipo de dudas con respecto a un cercano divorcio.
En dos de ellas, aparecen juntos la pareja en una actitud muy cariñosa, y en otras dos se muestran toda la familia juntos muy felices por el reencuentro.
La salud de la princesa ha quedado en entredicho tras la publicación de las instantáneas en las que se la ve con una mirada triste, aspecto de agotamiento, delgada, con ojeras y pálida.
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