"Es impresionante", "no lo recordaba así", "merece la pena volver a verlo" son las frases que más se escuchan entre los aragoneses que han vuelto a La Aljafería años después de su última visita. Muchos de ellos lo han hecho como anfitriones.

Desde junio, cuando arrancó esta iniciativa, casi 1.000 aragoneses o residentes en la Comunidad han sido anfitriones en el Palacio de la Aljafería. Son casi diez "cicerones" cada día, que vienen acompañados de amigos y familiares. Éstos tienen que pagar su entrada, pero al anfitrión la visita le sale gratis.

"Es una medida fantástica", ha afirmado Raquel, aragonesa afincada en Galicia y que ha vuelto a Zaragoza a visitar a la familia después de un año y medio lejos de Aragón por la pandemia. Junto a su marido, hija y yerno, ha ejercido de anfitriona en su visita al Palacio. "Hacía casi quince años que no entraba y me ha parecido espectacular".

Blanca, hermana de Raquel, ha venido desde Cantabria, donde vive desde hace casi dos décadas. Como aragonesa de nacimiento también ha podido ser la anfitriona de sus familiares, que no conocían el recinto taifal. "Vimos la posibilidad del anfitrión en la web y lo hemos aprovechado", y afirma que es una gran oportunidad para "redescubrir un monumento de Zaragoza que teníamos olvidado".

Para visitar la Aljafería es necesario hacer reserva previa (reservasonline.aljaferia.com). El coste de la entrada general es de cinco euros. Los grupos de más de veinte personas y los usuarios del bus turístico tienen tarifa reducida de cuatro euros.

Y para los estudiantes, titulares del carné joven y jubilados existe una tarifa especial de solo un euro. Entran gratis los centros docentes, los menores de 12 años, los demandantes de empleo con tarjeta acreditativa y las personas que tengan una discapacidad igual o superior al 33%.