Este miércoles, el vicepresidente económico y conselleiro de Economía, Francisco Conde, ha visitado el parque acompañado del presidente de la Diputación de Lugo y alcalde monfortino, José Tomé, quien ha resaltado el "éxito" de un polígono "en crecimiento".

Allí, el número tres del Ejecutivo gallego ha subrayado la colaboración entre administración autonómica y el gobierno local, que comparten "el objetivo común" de contribuir a "la dinamización económica y empresarial y la creación de empleo".

La actuación, que se desarrollará al amparo de las ayudas de la Xunta a los polígonos industriales de cara a captar nuevas inversiones, consistirá en la adecuación del único camino público que resta por urbanizar en el parque.

Las obras permitirán cerrar el polígono por el lado este gracias a unas obras que anchearán la calle hasta los 16,5 metros y construirán aceras a ambos lados de la calzada.

Además, se adecuará parte de una nave industrial para crear un vivero empresarial de 180 metros con el que se pretende favorecer la implantación de nuevas compañías y que se sumará a los otros cuatro espacios de este tipo impulsados en la provincia de Lugo -Lugo, O Corgo, Paradela y Bóveda-.

Conde ha expresado la intención de la Xunta de "seguir trabajando" con el municipio monfortino a través del plan de reactivación económica para, de este modo, "colaborar con pymes y autónomos que están necesitando ayudas en estos momentos".

"Hay una colaboración efectiva entre la Xunta y Ayuntamiento y creo que ese es el camino que hay que seguir para hacer una Ribeira Sacra más industrial y que siga siendo capaz de atraer nuevos proyectos", ha incidido el vicepresidente.

Por su parte, el presidente provincial y alcalde, José Tomé, ha resaltado el "crecimiento" del parque de O Reboredo, algo que, de hecho, ha motivado la petición al Sepes del incremenento de su superficie "para que haya más posibilidades industriales en esta zona del interior de Galicia".

Y es que, según ha comentado Tomé, la "práctica totalidad" de las parcelas del polígono están vendidas a pesar de que durante "muchos años" no se dio la demanda esperada en el momento de su construcción, a comienzos de los años 1980.