Gabriel Ferrán es un diplomático que acaba de ser cesado como embajador en Afganistán y que en cambio sigue en Kabul en medio del caos para coordinar las repatriaciones. De origen turolense, Ferrán ha recibido elogios durante estos días dada la complicada situación y su sentido de estado para trabajar por asegurar el regreso a casa del personal y de los colaboradores del Gobierno y de otros Estados miembros de la UE.

Tal como recoge Heraldo, su padre, turolense, fue embajador en París y el hijo sigue con las estirpe de diplomáticos. Desde la capital afgana, Gabriel Ferrán Carrión es uno de los coordinadores de la operación. Este diplomático fue acreditado como embajador de España en Afganistán en octubre de 2018 y permaneció en el cargo hasta el pasado 3 de agosto. Esa jornada, en el último Consejo de Ministros antes del parón estival y días antes de que se desatara una crisis de consecuencias aún por determinar, fue cesado por el Gobierno aunque aún le restaba tiempo de mandato -los embajadores suelen nombrarse para cuatro años, en virtud de una norma no escrita de Exteriores-.

El embajador ya iba a cambiar de destino e incluso a principios de agosto ya se le nombró sucesor en Kabul, pero este miércoles, cuando tenía oportunidad de regresar a España en el primer vuelo fletado por el Gobierno, ha decidido quedarse en Afganistán para ayudar en las tareas de evacuación.

Ferrán no está solo sobre el terreno. Otro diplomático y casi una veintena de policías y militares españoles se están encargando de reunir a las personas que han colaborado con España en los últimos años para ponerlas a salvo y poder repatriarlas a España en los aviones que llegarán en las próximas horas.