"Mi novio me preguntó al salir: '¿No te habrás besado con esa tía, no?'"

Con toda tranquilidad estábamos yo y mi pareja tomando algo en un bar de una amiga de él. Entonces apareció, pinta de punk y atuendo y maquillaje acorde. Mi pareja me la presentó, era la canguro del hijo de su amiga, la del bar. De inmediato, en vez de sentirme amenazada por su presencia, al contrario, me atrajo muchísimo. Su actitud desafiante, sus aires un tanto, bastante, varoniles, una pose de "puedo con todo". Me fascinó. Mi pareja debió notar algo, se puso a la defensiva, con ella y conmigo. Hablando de banalidades llegamos a la conversación sobre relaciones homosexuales, que si estaban bien, que si no, lo típico.

Hice pipí con la adrenalina al máximo sabiendo que estaba esperando que saliera

Mi nueva amiga, que ni recuerdo su nombre, empezó una batalla dialéctica conmigo y mi pareja sobre si una hetero podía besarse o tener algo con otra mujer. Masticaba mi chicle observándola y me iba poniendo caliente de oírla con esa actitud desafiante, retándome a besarme con ella. Ella seguía empeñada en que si te gustaban los hombres nada te hacia cambiar, y mi pareja, incómodo, intentaba cambiar de tema. De pronto, dijo que se le hacía tarde y se fue. Me di cuenta -mi novio por entonces no-, de que antes de salir fue al baño; fui sin dudarlo. Allí estaba, arreglándose con un descuido muy excitante.

Ni me lo pensé, abrí la puerta y me planté, como si nada, con el descaro que me ha caracterizado siempre. Hice pipí con la adrenalina al máximo sabiendo que estaba esperando que saliera. Me miró y me dijo: ¡Tú no te atreverías a besar a una tía! ¿Que no? Y antes de que pudiera decirle nada, se acercó y empezó a besarme. Cerré los ojos y le correspondí ardientemente, incluso me atreví a tocarle los pechos por encima de su ropa. ¡Alucinó!

¡Me sentí tan bien, fue tan excitante esa sensación de saber que no era un chico, y que mi novio estaba fuera sospechando! ¡Me gustó ese beso!, ¡aún lo recuerdo con placer, esa sensación, ese calor orgásmico que me entró fue inolvidable! Mi novio me preguntó al salir: "¿No te habrás besado con esa tía, no?" ¿Yooooo? ¿Estás loco, pero qué dices? Sé que no me creyó, y yo tampoco me hubiera creído, porque aun hoy cada vez que recuerdo ese furtivo encuentro mis braguitas se mojan al instante.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento