Aunque hace meses la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya eligió el paraíso balear para disfrutar de unos días de descanso, el pasado viernes el rostro del PP volvió a dejarse ver por allí. Concretamente, en Ibiza, donde viajó escoltada y fue recibida, después, entre vitores. En esta ciudad la esperaba el músico Nacho Cano, según informa El diario de Mallorca.

El exintegrante de Mecano, que definió a la política como "valiente y buena presidenta" cuando le 'devolvió' la banda de la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo, la recogió en el aeropuerto para cenar en el reservado de un restaurante mexicano.

Según cuenta el mencionado medio, ambos fueron discretos, pero su reunión ha dado mucho que hablar este jueves en las redes sociales, donde los internautas han recordado la buena sintonía que ambos compartían en los eventos festivos del 2 de Mayo. Y, aunque hay quienes especulan sobre un posible romance entre la política y el músico, ninguno de los dos se ha pronunciado al respecto.

"Me llamaban de Nueva York, de Londres, de Australia... Madrid es un milagro, está todo abierto. Ese milagro tiene piernas, cabeza y corazón", dijo el artista en dicha celebración, donde halagó el trabajo de Díaz Ayuso durante los meses de pandemia. 

"Esas familias han podido seguir dando arte, cultura y pasión. Mis empleados han podido conservar sus puestos de trabajo, porque tú (a Ayuso) no cerraste los teatros. Empleados que son independentistas catalanes, gente que vota a Podemos. Me han dicho: 'Si ves a la presidenta, dos palabras: gracias y valiente", expresó antes de quitarse la banda y ponérsela a la líder de los populares en la Comunidad de Madrid.

Cabe recordar que la última vez en la que la presidenta viajó a Ibiza fue fotografiada Alberto González, un técnico sanitario de 43 años, divorciado y con tres hijos, de paseo por el puerto, cariñosos y besándose en una terraza. Tras el revuelo que causaron dichas instantáneas, Díaz Ayuso bromeó con Bertín Osborne: "He estado tres años sin vacaciones y para un día que me voy había hasta drones.