Poco se sabe todavía de lo ocurrido durante la madrugada del uno de agosto en la finca 'Valdelobos', en Ciudad Real. Varios disparos con una escopeta, un supuesto asaltante muerto y un anciano de 77 años al que se le imputa un delito de homicidio consumado, son algunas de las incógnitas que todavía han de completar las piezas de este complejo puzle.

Fuentes de la Policía Nacional explicaron que, al parecer, J.L.M. escuchó de madrugada ruidos en su finca y, al ir a comprobar qué pasaba, vio junto a la vivienda a oscuras a una persona que estaba forzando la entrada, por lo que realizó varios disparos con una escopeta de caza.

El anciano, autor confeso de los disparos que acabaron con la vida del supuesto asaltante de 35 años, fue detenido tras haber llamado él mismo a la policía, pasando a disposición judicial de forma inmediata. 

Se podría enfrentar a una pena entre 10 y 15 años

Pese a que su abogado, Juan Manuel Lumbreras, alega que su cliente actuó para protegerse de un asalto en su propia casa, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Ciudad Real ha decretado prisión comunicada y sin fianza para el acusado.

Lumbreras ha afirmado en el programa Espejo Público que ya ha solicitado la libertad de su cliente "hasta que el trabajo de la policía esté finalizado". "Mi cliente ha cooperado en todo momento", afirma el abogado, que añade que "obviamente no va a huir de la justicia ni de España".

Mónica Fernández, abogada especializada en derecho penal del despacho Sanahuja Miranda, explica a 20minutos lo que podría ocurrir con J.L.M. y hasta que punto las circunstancias de este incidente, donde por el momento se desconoce si el asaltante iba armado o no, podrían justificarse como legítima defensa.

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¿Se podría considerar legítima defensa?

Para considerar que un acto se ha obrado en legítima defensa hay que acudir al artículo 20.4 del Código Penal. En este artículo se describen los requisitos que han de darse para que una persona esté exenta de responsabilidad criminal, o para actuar también como atenuante cuando no concurren todas las circunstancias.

Como bien recuerda Fernández, "la defensa ha de ser racional y proporcional a la agresión recibida. La necesidad racional hace referencia a que no exista otra posibilidad menos dañosa para impedir la agresión y, en segundo lugar, a la adecuación del medio, en el sentido de medio adecuado para impedir la agresión dentro de los límites de la necesidad".

"Tiene que haber falta de provocación suficiente previa por la persona que se defiende de la agresión. Y finalmente se exige que concurra en la persona que se defiende de la agresión el elemento subjetivo consistente en que su intención última sea defenderse", añade Fernández.

No es la primera vez que ocurre: el 'caso Tous'

A la espera de conocer exactamente los datos de lo sucedido, si finalmente se demuestra que el asaltante no portaba ningún arma, una resolución absolutoria para J.L.M. será complicada. Para conocer si existe alguna posibilidad de que el acusado salga absuelto hay que acudir a la jurisprudencia de los tribunales españoles.

"Es numerosa la jurisprudencia en la que se entra a valorar por los jueces si, en el caso concreto, concurren los requisitos para aplicarse la legítima defensa alegada por las defensas como causa de exoneración de responsabilidad criminal", explica la abogada especializada en derecho penal.

Para Fernández un suceso con circunstancias parecidas fue el de la familia Tous. En este célebre caso, Lluís Corominas, yerno de los Tous y coordinador de la seguridad de la familia, mató a uno de los asaltantes que había entrado en el chalet familiar para robar, al justificar que vio a uno de los sospechosos realizar un movimiento extraño que le hizo pensar que tenía un arma.

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"Si bien finalmente no quedó absuelto al llegar a un acuerdo con Fiscalía, aceptando una condena de 2 años de prisión que le fue suspendida, en el famoso 'caso Tous' se dictó una primera sentencia en la que se le absolvía del delito de homicidio al entender el Jurado que el acusado actuaba en legítima defensa", recuerda la experta.

¿Cómo podría acabar el caso de Ciudad Real?

Como recuerda Fernández, "la ley es muy restrictiva y si de la prueba que se practique se acredita que el agresor no iba armado y dadas las circunstancias concretas del caso (al parecer le dispara en varias ocasiones), difícilmente le sería de aplicación la eximente de legítima defensa, sin perjuicio de que le fuese reconocida como circunstancia atenuante que rebajase la condena".

Por el momento es complicado aventurar que ocurrirá, ya que apenas ha pasado poco más de una semana desde que ocurrieron los hechos. De ser condenado por homicidio (y a la espera de saber si existen agravantes o atenuantes a la posible pena), el hombre de 77 años se podría enfrentar a una condena de entre 10 y 15 años de prisión.