En ciudad, el problema empeora. Unos 290.000 gallegos no hacen ni caso a las indicaciones para circular por el casco urbano. Frente a ese pasotismo, es muy curioso que el 86% de los encuestados opine que las señales de prohibición son muy útiles para conducir.

A pesar de que después no las obedecen, los conductores en Galicia valoran, al igual que en el resto de España, la utilidad de las señales en autopistas, autovías y carreteras. Por orden, las que más importancia tienen son las de peligro, prohibición, velocidad e información.

Los gallegos son más exigentes que el resto de los españoles con la señalización  en ciudades que no conocen. Un 93% de los conductores de Galicia valora las señales en estos casos, frente al 90% del resto del país.

Cada día, algo más de 1.500.000 gallegos utiliza el coche para desplazarse, y sólo uno de cada tres considera que las señales de las carreteras de la comunidad son suficientes. Las críticas aumentan en el caso de las vías rápidas, ya que el 27% de los encuestados cree que la señalización es muy escasa. Además, denuncian que están muy mal situadas y que en algún caso las tapan los árboles.

El tamaño y la forma sí importan

Son muy pequeñas: El 30% de los gallegos encuestados por el RACC Automóvil Club aseguran que las señales de tráfico fuera de ciudad son demasiado pequeñas.

Las verticales ganan: Cerca de un millón de conductores de Galicia opina que las señales verticales son las más útiles al circular por el casco urbano.

Obras mal señalizadas: El 46% de los entrevistados piensan que la señalización con conos no es segura, y que los avisos no se ajustan al tramo de obras.

Los mapas, el mejor complemento: El 80% de los gallegos utiliza los mapas para desplazarse por carreteras no habituales. Este porcentaje aumenta en el resto de España, donde un 83% de conductores usan estas guías.