Este jueves, Telecinco emitió la segunda entrega de la nueva temporada de La última cena, el concurso más surrealista de Mediaset. En esta ocasión, fueron Kiko Hernández y Carmen Borrego los encargados de cocinar para los variopintos comensales.

Entre estos repitieron Alba Carrillo y Cristina Cifuentes, pero también hubo nuevas incorporaciones, como las de Alonso Caparrós y Lydia Lozano. La ausencia de esta última en el estreno fue muy criticada en redes. Y es que, con sus características pelucas y sus bailes, se convirtió en uno de los pesos pesados de la primera edición.

Sin embargo, en esta ocasión alguien se le adelantó con el show. Fue Paz Padilla, que se atrevió a homenajear a Raffaella Carrà interpretando su icónica canción, Caliente, caliente. Para la ocasión, la presentadora se enfundó en un espectacular vestido blanco con una parte superior protagonizada por las transparencias y una inferior por las tablas y una abertura de vértigo.

Además, Padilla llevó una peluca rubio platino, algo imprescindible para emular a la diva italiana, que falleció el pasado 5 de julio a los 78 años. La presentadora estuvo acompañada por los azafatos del programa que, tan ligeros de ropa como en la entrega anterior, llevaron unas mallas rojas, tirantes y pelucas. 

Pero este distó mucho de ser el único momento musical de la noche ni de Paz Padilla. Poco después, se arrancó a bailar reguetón junto a Lydia Lozano y a Cristina Cifuentes. 

Eso sí, la expresidenta de la Comunidad de Madrid estuvo bastante más comedida que sus compañeras de guateque al bailar la homónima Cristina de Maffio, Justin Quiles y Nacho, un tema que La fábrica de la tele también suele utilizar para dar paso a las secciones de la coach emocional Cristina Soria en distintos formatos de la cadena.