Buika se sube al trono del Palacio Real con su música y su filosofía salvaje

  • La cantante dio un recital de voz, música y lecciones vitales en el Plaza de la Armería de Madrid. 
La cantante Concha Buika durante su actuación en la Plaza de la Armería en el ciclo Jazz Palacio Real 2021, en Madrid.
La cantante Concha Buika durante su actuación en la Plaza de la Armería en el ciclo Jazz Palacio Real 2021, en Madrid.
EFE/Kiko Huesca

"En algún momento tiene que venir ese momento en el que piensas 'da igual'". A sus 50 a Buika ya le resbala todo. Por la piel, los intentos de hundirla, por la garganta, la música. 

La cantante Concha Buika dio un recital y una lección de vida en su actuación este sábado en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, incluido en la programación del Jazz Palacio Real 2021.

La "afrigitana" mallorquina Buika improvisó junto a sus músicos, entonó cánticos africanos, flamencos, jazzísticos, rumberos... incluidos algunos de sus temas más conocidos y poderosos, como Jodida pero contenta o Mi niña Lola y otras como Loca o Me lo merezco, entre otras, acompañada de un puñado de buenos músicos, como su amado Santi o el guitarrista Josemi Carmona.

Pero Buika también habla en los conciertos y ahí llega su corona de reina, el oro que lleva dentro que la sentó en el salón del trono del Palacio Real. Concha hizo un alegato tras otro, expresados 

"Yo no acabé octavo de EGB, pero ya no tengo edad de arrepentirme por esas cosas", decía Buika y se reía, porque ella es así: de risa fácil. Se ríe de sus propias ocurrencias y contagia. 

E igual que le mete energía a los músicos si se le "abullullan", para el concierto para hablar con su amiga Rosi, que está entre el público y cuenta un par de anécdotas "secretas" como de monólogo. 

"A mis 50 ya no dejo que nadie me hunda y si alguien me dice algo malo, le digo, ven, que te invito a un café", decía poderosa la artista, suelta porque entre el público estaba su hijo y la novia de este, que "como es americana no se entera de lo que decimos". 

"No hay nada más erótico, sensual, festivo e ingenioso que una mujer de 50 años", se regalaba a sí misma Buika, que invitaba al público a alimentar su ego y a que nos alimente "el hambre y no la comida", para seguir teniendo "la mirada de tigre". 

Y Buika, que de amores sabe, lo tiene claro: "Si alguien me falla en el amor... el amor de uno solo no vale para hundirme si tengo todo vuestro amor", le decía a su público, al que le confesaba que está loca, con esa locura libre y salvaje de la que muchos querríamos un poco. 

"Mi locura es escogida, no me ha venido por nada, yo la elegí. Y elegí enjaularme, eso es lo importante, tener la llave de tu jaula en un bolsillo", decía sobre su libertad vivida en el espacio que ella acota. En ese trono al que ha vuelto. 

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