Cuando hablamos del Camino de Santiago en Castilla y León hablamos de una ruta milenaria que, además de su transcendencia vital y espiritual, incorpora multitud de atractivos en todos los ámbitos, además de acontecimientos culturales que completan un recorrido que va más allá de lo estrictamente turístico.
Sin perjuicio de su riqueza natural, gastronómica y enoturística, en el ámbito patrimonial encontramos en cada etapa multitud de razones para detenernos y admirar verdaderas joyas artísticas en forma de iglesias, ermitas, pilas bautismales, retablos, puentes o edificios civiles y religiosos de incalculable valor patrimonial. Sólo en la provincia de Burgos podríamos dedicar varios días a visitar recursos monumentales que, por si mismos, justificarían un viaje. Hay que tener en cuenta que en la provincia burgalesa nacieron dos de los Santos más vinculados al Camino de Santiago como son Santo Domingo de la Calzada o San Juan de Ortega.
La capital burgalesa concentra una enorme riqueza patrimonial presidida por la impresionante Catedral declarada Patrimonio Mundial y que este año cumple su VIII Centenario del inicio de su construcción. Se trata sin duda de uno de los monumentos más valiosos del arte y la arquitectura española. Además de su impresionante fachada en su interior incorpora numerosos motivos jacobeos además de la afamada Capilla de los Condestables, su espectacular cimborrio, el rosetón de Sarmental o su escalera dorada. Cerca de la Catedral nos encontramos con el Arco de Santa María con imágenes de las figuras más representativas de la ciudad. Otras Iglesias tan espectaculares como la Iglesia de Santiago y Santa Agueda o la de San Nicolás bien merecen una visita del peregrino que, a su salida de la ciudad, podrá admirar otros ejemplos de patrimonio monumental como el Real Monasterio de Las Huelgas o el Hospital del Rey fundado por Alfonso VIII.
Cualquier peregrino con curiosidad aprovechará su recorrido por la ciudad burgalesa para visitar el Museo de la Evolución Humana que se ha revelado como uno de los iconos mundiales en ciencias antropológicas.
Y si la capital burgalesa destaca por su oferta monumental no podemos olvidarnos de otras joyas monumentales que el peregrino descubrirá a lo largo de la provincia. Empezando por Redecilla del Camino, que es la primera localidad jacobea de Castilla y León, donde destaca su célebre Pila Bautismal del siglo XII hasta Itero del Castillo o Puente Fitero donde la Ermita de San Nicolás sirve de cobijo para el peregrino. Entremedias monumentos como el Monasterio de Santo Domingo de Silos, la Ermita de Tosantos, el Monasterio de San Juan de Ortega, la arquitectura tradicional de Agés, la Iglesia de Santo Domingo de Castrojeriz o los yacimientos de Atapuerca son sólo algunos ejemplos de la riqueza patrimonial del Camino de Santiago a su paso por Burgos.
La experiencia del peregrino en su recorrido por Burgos se enriquece también a lo largo de la provincia de Palencia donde la ruta jacobea se convierte en escenario de eternos paisajes y atractivos monumentales que sorprenden a cada paso.
Iniciamos nuestro recorrido palentino en el célebre puente de Puentefitero que sorprende por su longitud que nos permite alcanzar Itero de la vega en dirección a Boadilla del Camino. Antes, la Ermita de La Piedad en Itero de la Vega bien merece una parada en el Camino. Además de iglesias, ermitas y edificios religiosos el pasado histórico de Palencia nos deja otras joyas patrimoniales como el Rollo jurisdiccional de Boadilla del Camino o su Pila Bautismal. Entre otros atractivos patrimoniales destacan por su originalidad e ingenio las esclusas del Canal de Castilla en la localidad de Frómista donde se cruza la espiritualidad del Camino de Santiago con la racionalidad de dicho Canal y su ingeniería. En esta misma localidad se ubica uno de los templos románicos más importantes del Camino de Santiago: la iglesia de San Martín del siglo XI.
Desde Frómista hacia Carrión de los Condes también podremos descubrir casas blasonadas como las de Revenga de Campos, monumentos monolíticos como el del General Amor o ermitas singulares como las de la Virgen del Socorro o la de San Miguel en Población de Campos.
Así llegamos a otra localidad eminentemente jacobea como es Villalcázar de Sirga donde destaca, por su majestuosidad, la Iglesia de Santa María la Blanca construida en el siglo XIII. Allí podremos encontrar, además de las llamativas esculturas de su pórtico, sepulturas góticas policromadas como la del Infante Don Felipe o el impresionante retablo mayor.
Continuando nuestro recorrido jacobeo llegamos a Carrión de los Condes que nos ofrece la oportunidad de disfrutar de su arquitectura tradicional salpicada de ermitas, casas blasonadas y numerosos Conventos de clausura. El carácter jacobeo de Carrión tiene su máxima expresión en el Monasterio de San Zoilo que atesora un impresionante claustro renacentista además de un órgano barroco de gran valor. En Carrión también podemos admirar el Real Monasterio de Santa Clara construido en el siglo XIII a partir de un palacete mudéjar, así como numerosas Iglesias como la de Santa María del Camino que acentúa el espíritu jacobeo de esta localidad.
A partir de aquí el Camino de Santiago nos sorprende a su paso por la provincia palentina con tesoros como la Iglesia de Santiago en la Calzada de los Molinos, el Museo del General San Martín en Cervatos de la Cueza, la Villa romana de la Tejada o el retablo renacentista de la iglesia de Calzadilla de la Cueza.
Una vez que entramos en la provincia de León el patrimonio monumental del Camino de Santiago continúa sorprendiendo por su esplendor y grandiosidad.
Sin olvidarnos de las diversas y sorprendentes localidades que el Camino atraviesa a su paso por la provincia de León es obligado destacar algunas de ellas por su imponente oferta monumental. Las ciudades de León, Hospital de Orbigo, Astorga, Castrillo de los Polvazares, Molinaseca o Ponferrada no son las únicas, ni mucho menos, que impresionan por su belleza, pero si un buen ejemplo de la riqueza monumental que atesora toda la provincia de León.
Antes de llegar a la capital ya nos sorprende la localidad de Sahagún con su célebre Ermita de La Peregrina o su arco barroco de San Benito como antesala de la monumentalidad de la capital leonesa previo paso por El Burgo Ranero y Mansilla de las Mulas a la que se accede por el llamado Arco de la Concepción.
Tras cruzar los ríos Esla, Torío y Porma la ciudad de León se alza ante nuestros ojos atraídos por la espectacularidad de su Catedral como principal emblema de una ciudad conocida por su riqueza patrimonial. Su Catedral representa probablemente la perfección gótica en su diseño arquitectónico. Sin perjuicio de los tesoros artísticos que podemos encontrar en su interior destacan sus espectaculares vidrieras policromadas de origen medieval consideradas las mejores del mundo en su género. Sin salir de León el peregrino no puede dejar de visitar otras maravillas monumentales como la Basílica de San Isidoro que acoge el Panteón Real donde descansan los Reyes medievales de León. Un conjunto monumental cuyo techo policromado le ha valido el sobrenombre de la Capilla Sixtina del arte románico. Este impresionante despliegue monumental se completa con el Monasterio de San Marcos y su impresionante fachada plateresca, las Murallas, la Casa Botines diseñada por Gaudí, el Palacio de los Guzmanes o el Museo de Arte Contemporáneo MUSAC.
Siguiendo nuestra ruta hacia Santiago merece especial atención la riqueza del puente medieval de Hospital de Orbigo, testigo de las famosas Justas Medievales del Passo Honroso que se representan todos los años. Desde allí nos aproximamos a la comarca de la Maragatería cuya capital, Astorga, nos sorprende por su monumentalidad. El conjunto formado por su Catedral y el Palacio Epíscopal diseñado también por Gaudí componen una de las imágenes más singulares y espectaculares de todo el patrimonio monumental en España.
Esta monumentalidad contrasta en nuestro devenir jacobeo con la sencillez y belleza de localidades como Castrillo de los Polvazares cuya conservación arquitectónica nos traslada a otra época en un entramado de singulares calles y rincones de enorme encanto.
Desde la Maragatería, atravesando Rabanal del Camino con sus llamativas Ermitas de la Vera Cruz y San José que se erigen bajo la famosa espadaña de su Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, afrontamos nuestra última etapa del Camino de Santiago en Castilla y León por tierras bercianas. El Bierzo es uno de esos rincones mágicos de la geografía española donde confluyen paisajes espectaculares, pequeños pueblos singulares anclados en el tiempo y una enorme riqueza monumental. Localidades como Foncebadón y su afamado crucero, Molinaseca con su característico puente medieval, El Acebo o Cacabelos con su Iglesia de Santa María son tan sólo una pequeña muestra de el enorme potencial monumental, cultural y turístico de estas tierras cuyos pueblos encierran, entre sus atractivas calles, el espíritu Jacobeo forjado durante siglos por miles de peregrinos que han podido admirar su belleza
En este recorrido se puede también obtener la Compostela en Villafranca del Bierzo si el peregrino no puede continuar por algún motivo de salud. La puerta del Perdón de la Iglesia de Santiago otorga, en estos casos, las mismas indulgencias que en la Catedral de Santiago en una preciosa localidad que es conocida como la pequeña Compostela.
Finalmente la capital berciana de Ponferrada nos regala una magnífica vista de su Castillo templario que guarda una ciudad de arquitectura tradicional diseñada a partir de su magnífica plaza mayor presidida por la espectacular fachada de su Ayuntamiento. Desde allí abandonamos Castilla y León en dirección a Santiago pasando por otras singulares localidades como Pereje y sus frondosos bosques, Ambasmestas o Vega de Valcarce en un entorno de enorme belleza paisajística.