Así se desprende de la sentencia, facilitada por Acaip-UGT, en la que se anula la resolución de Delegación de Gobierno y se declara la lesión sufrida por el demandante como enfermedad profesional y de accidente en acto de servicio, con lo que se le reconocen los derechos derivados de enfermedad profesional y de accidente.

El empleado acudió a la vía judicial después de que el centro penitenciario y la Delegación del Gobierno le hubieran denegado ese reconocimiento.

Los hechos se remontan a abril de 2019, cuando el funcionario comenzó a sentir picores y a presentar lesiones cutáneas en piernas y brazos. Tanto un médico del centro como otro de Atención Primaria certificaron que se trataba de escabiosis (sarna) y le mandaron un tratamiento y una serie de precauciones en su vida personal para evitar contagiar a otros miembros de su familia. Debido a ello, el funcionario tuvo que permanecer de baja laboral 29 días.

Según el sindicato, la sarna es una enfermedad frecuente entre los internos de la cárcel, ya que se registraron hasta 42 casos en el año 2019.

Por este motivo, el trabajador solicitó que se reconociera que el contagio se había producido durante el desempeño de su trabajo, pero lo desestimaron al alegar que no se había probado la relación por la que se hubiera contraído la enfermedad en el entorno laboral.

El trabajador se vio obligado a acudir a la justicia para el reconocimiento de enfermedad laboral, recibiendo la asistencia del equipo jurídico y de salud laboral de Acaip. En el mes de junio de 2021 se ha dictado sentencia que acoge favorablemente las pretensiones del funcionario. Además, condena a la Administración a 500 euros más IVA en costas.

El juez estima su demanda en base a varios argumentos: falta de motivación de la decisión administrativa; se considera probado que en las fechas en las que incubó la enfermedad, la sarna esta presente en el centro; y se considera acreditada la relación de causalidad entre el accidente o lesión y el trabajo o servicio que presta el funcionario.

"HACE JUSTICIA"

Desde Acaip-UGT valoran esta sentencia porque "hace justicia" y reconoce que la sarna es una enfermedad profesional para los trabajadores de Instituciones Penitenciarias.

"Es realmente indignante que durante todo este tiempo, el trabajador haya tenido que sufrir no sólo la enfermedad, sino la falta de apoyo y respaldo de sus superiores, e incluso la burla de alguno de ellos con comentarios del tipo 'a saber dónde se ha contagiado'", ha criticado.

El sindicato ha recordado que es la segunda vez que un trabajador del centro de Picassent tiene que acudir a la justicia para conseguir que le reconozcan que la sarna que ha sufrido se le ha contagiado en la prisión. En enero de 2020 un juzgado de València ya falló a favor de una funcionaria de este centro que también había tenido sarna, reconociéndoselo como accidente en acto de servicio.