La policía catalana tuvo conocimiento el 13 de junio de la posible existencia de una plantación de marihuana situada en una zona boscosa y de difícil acceso "gracias a la colaboración ciudadana".
Tras las primeras indagaciones, se constató que alguien había desbrozado una zona de bosque para instalar el cultivo, aprovechando el ecosistema y el agua del río Sagadell para regar las plantaciones.
El Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos d'Esquadra fue el primero en inspeccionar la zona ante la imposibilidad de acceder con vehículos motorizados al encontrarse en un lugar boscoso de difícil acceso.
Los agentes localizaron dos plantaciones separadas por un torrente, detuvieron a los cuatro hombres que se encargaban del mantenimiento de las plantas y localizaron 5.335 plantas, dos invernaderos para germinar semillas, sustratos y herramientas para el cultivo.
Los detenidos pasaron a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de Ripoll (Girona), que decretó su libertad con cargos.
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