Cansado de escuchar a los políticos decir que la economía española se encuentra entre las más sólidas del mundo, Vicente García Tudela, un vecino de Madrid, decidió denunciar su devastadora historia a 20 minutos: "Mi vida es una ruina: tengo sida y cobro 320 euros al mes", cuenta sin rodeos Vicente mientras muestra todos los recibos y partes médicos que lo corroboran.

Pero, ¿cómo llegó a esta situación? Todo comenzó cuando su pequeña familia falleció. Padre, madre y abuela murieron en año y medio. Esto hizo que abandonara la idea de convertirse en marino mercante y comenzara a trabajar como taxista en Valencia.

Una noche, mientras intentaba que no le robaran, le clavaron una jeringuilla en el brazo. Vicente no le dio mucha importancia hasta que hace cuatro años, ya residiendo en Madrid, fue al hospital Gregorio Marañón por unas hemorragias, y le comunicaron que tenía VIH. Desde entonces, su organismo se muere cada vez más deprisa. Tiene diabetes, gangrena en las piernas, cardiopatía...

Obligado a mendigar

Pero aquí no acaba todo. Hace unos dos años su pensión pasó de 700 euros al mes a 320 porque, según la Seguridad Social, cobraba por dos minusvalías y sólo es legal cobrar por una si puede trabajar.

Vicente lo ha intentado todo, pero nadie le contrata. "Esta situación me llevó a tener que mendigar en el metro para poder comer. La pensión es lo que cuesta el alquiler", explica Vicente, aunque asegura que lo más duro es cuando "los de seguridad me pegan y me sacan a rastras del metro".

Está desesperado: "No quiero pedir más. La gente es muy buena conmigo, pero cada vez me da más vergüenza", cuenta llorando como un niño Vicente, un hombre que se ha quedado solo.

Los lectores se movilizan

20 minutos publicó una carta, el pasado 28 de mayo, enviada por Vicente Tudela en la que contaba su historia y solicitaba ayuda solidaria. Entre las cosas que pedía era un ordenador para poder trabajar desde casa, porque no puede moverse. Desde entonces, han llegado correos al diario ofreciéndole portátiles y ayuda para encontrar un trabajo digno.