La soledad no deseada es un problema que nos rodea y que a menudo resulta invisible. Habitualmente se relaciona solamente con las personas mayores, aunque afecta a ciudadanos de todas las edades. En la ciudad de Barcelona, el 26,5% de los jóvenes afirman que se sienten solos a menudo o a veces, un porcentaje superior al de los ciudadanos mayores de 65 años, que representa el 18,7%, según revela el primer análisis de los datos recogidos en la Encuesta Òmnibus realizada en junio de 2020. 

Aunque la ciudad cuenta con multitud de oportunidades y actividades para socializar, existe una barrera que impide a las personas dar el paso para acercarse a ellas: la vergüenza y la estigmatización que produce reconocer que uno se siente solo. Teniendo presente esto, el Ayuntamiento de Barcelona pondrá en marcha este año una campaña que busca normalizar y concienciar sobre este sentimiento, y que facilite que la ciudadanía se acerque a los servicios que la ciudad ofrece para mejorar su bienestar emocional.

“A veces la frontera de llamar a la puerta es casi psicológica”, subraya Joan Ramon Riera, concejal de Infancia, Juventud y Personas Mayores de Barcelona, y añade: “Nosotros desde la institución nos atrevemos a hablar de soledad de manera que la gente se pueda ver reflejada y se acerque la biblioteca para apuntarse a un club de lectura, o a los centros cívicos, e intensifique su socialización”, ha explicado en rueda de prensa.

La campaña de visibilización es la principal medida de las 71 que incluye el Plan de Acciones 2020-2024, que forma parte de la Estrategia municipal contra la soledad 2020-2030 que se presentará en la próxima sesión plenaria del ayuntamiento. Asimismo, estas 71 iniciativas se suman a otros 268 programas y servicios que el consistorio ya tiene en marcha para intentar paliar el problema.

Una de las acciones que ya se llevó a cabo fue el programa ‘Trucagran’, con el que durante el confinamiento de 2020 se efectuaron 70.000 llamadas a personas mayores para preguntarles cómo estaban, sin que ninguna de ellas fuera previamente usuaria de ningún servicio municipal. “Fuimos a puerta fría a preguntar cómo estaban para acercarles a los diferentes servicios municipales”, recuerda Riera.

De cara al futuro, la previsión del ayuntamiento es también la de crear tres espacios pilotos dentro de equipamientos municipales ya existentes en Horta y Gràcia, donde se facilitará la socialización y el bienestar emocional de los vecinos. La idea es que funcione “como un casal de barrio” intergeneracional, sobre la que el consistorio tiene previsto informar más adelante.

En los equipamientos y servicios municipales que ya existen, la intención del Ayuntamiento es formar a los trabajadores municipales para que tengan las herramientas que les permitan prevenir y detectar la soledad de las personas usuarias con las que trabajan, y revisar los servicios y programas en marcha para “incorporar la perspectiva contra la soledad” en todos ellos.