Denunciado un religioso por abuso de un menor en 1989 cuando ya cumple una condena de 23 años por otros casos

Por desgracia, y en contra de lo que a priori se puede pensar, los abusos sexuales son cada vez más comunes en España. La tasa de crecimiento de los casos de abuso sexual contra menores en la última década ha sido de un 300,4 por ciento, lo que indica que se han multiplicado por cuatro, pasando de 273 casos en 2008 a 1.093 casos en 2020. De esta manera lo pone de manifiesto el estudio presentado este martes por la Fundación ANAR sobre 'Abuso sexual en la infancia-adolescencia según los afectados y su evolución en España'.
Rostros de menores.
Por desgracia, y en contra de lo que a priori se puede pensar, los abusos sexuales son cada vez más comunes en España. La tasa de crecimiento de los casos de abuso sexual contra menores en la última década ha sido de un 300,4 por ciento, lo que indica que se han multiplicado por cuatro, pasando de 273 casos en 2008 a 1.093 casos en 2020. De esta manera lo pone de manifiesto el estudio presentado este martes por la Fundación ANAR sobre 'Abuso sexual en la infancia-adolescencia según los afectados y su evolución en España'.

Un vecino de Sant Boi de Llobregat de 46 años ha denunciado a su antiguo director de escuela, religioso, por supuestos abusos sexuales cometidos el verano de 1989. El denunciado es Lluís G.M., de 76 años, que en 2019 ya fue condenado por la Audiencia de Barcelona a 23 años de prisión por otros abusos sexuales a menores de edad cuando gestionaba un cine en el Masnou de 2007 a 2011. 

El ahora denunciando explica que el religioso era profesor de historia y el director del colegio Josefa Puig Coca, de Esplugues de Llobregat. Los abusos habrían tenido lugar cuando la víctima tenía 14 años, a finales de 8.º de EGB, en una casa de colonias de Sant Quirze de Besora (Osona), donde el hombre lo había llevado con permiso de la familia del chico.

Según explica en 'El Periódico', solo llegar allá en coche, el hombre le hizo estirar en la cama de un habitación y le quitó los pantalones y le pidió que le hiciera una felación. También le propuso contratar una prostituta. El chico se negó y el religioso habría intentado hacerle la felación a él. El joven apartó la cabeza del hombre, se vistió y pidió que lo devolviera a casa. No explicó nada a su familia, puesto que el hombre era muy respetado en la escuela.

El abusador nunca más intentó acercarse al chico hasta que hace unas semanas lo contactó por Facebook. Intentó mantener una conversación normal, interesándose por sus hijos y otros excompañeros de clase. De hecho, lo invitó a un circuito termal para "relajarse". 

El denunciante asegura que esto le hizo explotar e insultó al religioso recordándole los hechos de hace 32 años. Además, buscando por internet encontró la sentencia contra el hombre por el caso del Masnou. El hombre denunció el caso a los Mossos el pasado viernes, según ha podido confirmar la ACN, a pesar de que seguramente los hechos están prescritos.

La Audiencia de Barcelona condenó en 2019 a 23 años y ocho meses de prisión Lluís G.M. por, durante años, abusar sexualmente de varios menores de edad que trabajaban repartiendo publicidad del cine. El hombre cometió los abusos entre 2007 y 2011, según los magistrados. A pesar de que él negó los hechos, las declaraciones de las víctimas y las numerosas pruebas encontradas en su domicilio y en una sala del cine, como restos de ADN, un lubricante y otros, llevaron a su consideración de culpable.

Según el tribunal, en 2005 contrató a un chico de 14 años y durante 2008 llevó al joven y un amigo de este a cenar a Barcelona y después en un piso suyo de Sant Just Desvern (Baix Llobregat). Contrató una prostituta que inicialmente tuvo relaciones sexuales con el amigo del menor. Después lo hizo con este joven y finalmente fue el empresario quien hizo una felación al menor sin que este inicialmente lo viera ni lo consintiera.

A principios del 2007 contrató a un chico de 13 años con una discapacidad intelectual del 34%, a quien le ofreció pagar más dinero si mantenía relaciones sexuales, cosa que el chico consintió en numerosas ocasiones. En 2010 este chico, junto con tres amigos más, fueron al cine para hablar con el gerente y uno de ellos grabó la conversación para exigirle dinero a cambio de no revelar su contenido.

En agosto de 2010 contrató a otro chico de 13 años con TDAH y dislexia, y el primer día de trabajo le preguntó si era homosexual, le enseñó fotografías eróticas y le hizo tocamientos hasta que le hizo una felación a cambio de cuatro invitaciones para el cine. El acusado hizo el mismo hasta siete ocasiones hasta junio del 2011.

En mayo de 2011 un amigo de una víctima anterior también fue contactado por el acusado, que le hizo la misma oferta de sexo a cambio de dinero, cosa que el chico, de 17 años, rehusó.

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