Díaz minimiza la ganancia de poder de Calviño y sitúa a Bolaños como su interlocutor en el Gobierno

  • "No es creíble" que el nuevo Gobierno vaya a ser el de "la recuperación" sin subir el salario mínimo, afirma la vicepresidenta.
Las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz.
Las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz.
EFE
Las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz.

La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, no considera que el ascenso de la titular de Economía, Nadia Calviño, a la Vicepresidencia Primera suponga un espaldarazo a sus tesis económicas ortodoxas frente a las más socialdemócratas de Unidas Podemos. Así lo planteó este miércoles Díaz, que afirmó que "no cambia nada" en esos equilibrios de poder dentro de la coalición y recordó que será Félix Bolaños, el nuevo ministro de Presidencia, el encargado de conciliar las posturas del Ejecutivo.

En una entrevista en La Hora de La 1, la vicepresidenta segunda -que con la remodelación decretada por el presidente Pedro Sánchez ha subido un puesto en el escalafón gubernamental, como Calviño- admitió que, pese a los cambios, seguirá habiendo "diferentes posiciones" dentro del Gobierno. "Pero el equipo económico del que formo parte queda igual", recordó Díaz, en referencia a la decisión de Sánchez de no hacer cambios en ese centro de poder dentro del Gobierno, en el que además se han respetado los equilibrios internos. "El statu quo permanece, para bien o para mal", insistió.

Eso implica que el Ejecutivo sigue teniendo encima de la mesa las discrepancias entre sus alas socialista y morada en relación a asuntos como el salario mínimo o la reforma laboral. Sobre el primero de ellos, Díaz fue muy clara: "No es creíble" el mensaje trasladado por Sánchez de que el nuevo Gobierno va a ser el de "la recuperación" si no se encarga de "mejorar las condiciones salariales de los más débiles". "Lo importante es para quién se gobierna", sostuvo igualmente la vicepresidenta, que recordó que los ingresos de pensionistas y funcionarios han crecido un 0,9% y afirmó que, si debe "elegir", se queda "con los más débiles".

Preguntada por la otra gran discrepancia que afecta ahora mismo a su departamento, la derogación de la reforma laboral, Díaz insistió en que Trabajo está negociando desde hace meses con sindicatos y patronal, y quitó importancia a las críticas del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que este martes volvió a tachar de "marxista" la propuesta de la vicepresidenta de reducir a tres el número de contratos y que, por defecto, el que se utilice sea el indefinido. "La temporalidad y la precariedad son insoportables en España", denunció Díaz, que reconoció que "hay preocupacion en la patronal".

La vicepresidenta, no obstante, achacó esta preocupación a que los empresarios se han visto beneficiados de un "modelo de distribución de rentas" que, "en parte, se fundamenta en salarios bajos" o "contratos parciales". "Esto no puede ser", denunció Díaz, que reconoció que se trata de un asunto "muy delicado" pero afirmó que es la UE la que está pidiendo una solución a la temporalidad y la precariedad de buena parte de los trabajadores en España. "Es lo que hay que hacer, mirar los problemas de frente", sostuvo.

Sobre Cuba: "Las democracias las define la ONU"

Con respecto a las protestas sociales ocurridas en Cuba en los últimos días contra el presidente Miguel Díaz-Canel y el gobernante Partido Comunista, la vicepresidenta segunda exigió "respetar los derechos humanos y la libertad de manifestación y de reunión". No obstante, Díaz evitó calificar -como ha hecho el resto del Gobierno- al régimen político de la isla como una dictadura, aunque sí dio a entender que no es una democracia porque estas, dijo "las definen los estándares de la ONU". 

"Los derechos humanos no se relativizan ni se cuestionan en ninguna parte del mundo", insistió la dirigente, que sí pidió expresamente la "liberación inmediata" de los periodistas detenidos en Cuba. Díaz, no obstante, descartó que la situación de la isla y la negativa de algunos dirigentes de Unidas Podemos a calificar como dictadura el régimen castrista vaya a perjudicar a la coalición de Gobierno. "En absoluto, la coalición goza de muy buena salud", aseguró.

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