Seat León y Lancia Delta, frente a frente: dos gigantes con aires mediterráneos

  • El Lancia Delta se enfrenta a la veteranía del español.
  • Precio y velocidad diferencian a ambos modelos.
  • El Lancia es el mayor de los dos y pesa 250 kilos más.
¿Es el Lancia Delta un verdadero rival para el Seat León?
¿Es el Lancia Delta un verdadero rival para el Seat León?
¿Es el Lancia Delta un verdadero rival para el Seat León?
Un veterano frente a un
recién llegado: el Seat León que se fabrica desde 2005 ya es perro viejo en el segmento de los vehículos compactos. Por el contrario, su contrincante en esta comparativa, el
Lancia Delta, se incorporó al club en 2008. ¿Es el italiano un verdadero rival para el modelo español?

Como se espera de un italiano, el Delta hace gala de un
refinamiento que contrasta con la sencillez del
Seat, de carácter
más deportivo. El Centro Stile de la casa ha diseñado una
marcada carrocería que introduce un
aire novedoso y algo extravagante en la clase de compactos, algo que en el día a día supone más un
inconveniente que una ventaja, puesto que tanto la longitud del capó como los anchos pilares C limitan la
visibilidad del entorno.

Ésta es algo mejor en el Golf hispánico, que añade además un práctico
umbral de carga más bajo. No obstante, la
apertura del maletero en ambos resulta un tanto estrecha e incómoda. El León tiene una capacidad de entre 341 y 1.166 litros, mientras que el Lancia, en función de su configuración, dispone de entre 380 y 1.190 litros, lo que resulta algo sorprendente dada las dimensiones del Delta, que con 4,52 metros de longitud (veinte centímetros más que el León) se sitúa en el extremo superior de la clase de compactos.
Espacio de sobra

Por otro lado, la
amplitud del interior del Lancia supera con creces la habitual en esta clase, mientras que el Seat no se sale de lo normal. En el
asiento trasero, sobre todo, el Delta resulta bastante
más cómodo y amplio. Sin embargo, en el Lancia hay que contentarse con unos
materiales poco atractivos y un acabado lejos de ser perfecto. En esta categoría, por el contrario, el Seat destaca con la precisión característica de VW. El modelo español también se coloca por delante en lo que a
confort de manejo de los mandos se refiere.

El Lancia no es sólo el
mayor de los dos, sino que además pesa 250 kilos más que su contrincante, lo que explica que el motor 1.6 Multijet de 120 CV del Delta realice el sprint estándar en 10,7 segundos, sólo dos décimas menos que las que necesita el motor 1.9 TDI del Seat, dotado de 15 CV menos. En la práctica, sin embargo, tal diferencia no es apreciable. La mayor diferencia radica en la
velocidad máxima, que en el Seat, con 186 km/h, es casi diez km/h menor que en el Lancia.
Cinco contra seis

Aunque el Delta alcanza sus 300 Nm a 1.500 vueltas, este
motor diésel resulta algo apático y reacciona más lentamente que el motor con alimentación por inyector bomba del León, que sólo alcanza su par máximo de 250 Nm por encima de las 1.900 vueltas. Si bien el conductor del Lancia dispone de una
sexta velocidad, el del Seat tendrá que contentarse con un
cambio de cinco marchas, algo que no deja de sorprender, ya que el consumo optimizado de nuestro Seat versión Ecomotive podría reducirse aún más en autopista con una sexta marcha.

Así y todo, mientras que los desarrollos de la transmisión del Seat están perfectamente escogidos (a pesar de su configuración para una conducción eficiente) y la
palanca de cambio se desliza de forma ligera y precisa de una marcha a otra, la transmisión del Delta resulta rígida y sus marchas son demasiado largas. Si a ello unimos el
tacto algo impreciso del embrague, al principio se necesitará algo de habilidad para no calar el motor al arrancar.


Cuestión de precio

Otra diferencia de peso reside en el
precio. Mientras que Lancia pide como mínimo
21.990€ por el Delta 1.6 Multijet, el Seat León 1.9 TDI Ecomotive de nuestra prueba está disponible a partir de 16.100€, si bien el
equipamiento del modelo español es algo menor. Éste trae de serie radio CD,
aire acondicionado, ordenador de a bordo y elevalunas eléctricos delanteros, mientras que el Lancia dispone además de elevalunas eléctricos traseros, espejos exteriores regulables eléctricamente, volante multifunción y luces antiniebla.

Además, el Seat es
más eficiente: con su equipamiento Ecomotive, la estimación de consumo del fabricante es de 4,5 litros, mientras que la hoja de especificaciones del Lancia indica un consumo de 4,9 litros. En la práctica, esta
diferencia entre los dos modelos mediterráneos es aún mayor: nuestro Delta de prueba consumió una media de 6,8 litros de diésel por cada 100 kilómetros, distancia para la que el Seat se contentó con seis escasos litros.
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