Además, y dentro de la modalidad de turismo de interior, a la provincia se le han asignado un total de 2.275 plazas que visitarán la Alcazaba, la Catedral y el Teatro Romano de la ciudad de Málaga, así como distintos municipios costeros y Ronda, Antequera y Nerja.

De esta manera hasta un total de 21.567 malagueños podrán beneficiarse de la reactivación de estos viajes del Imserso visitando las Islas Canarias, Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña, el resto de Andalucía o incluso disfrutar del turismo de interior.

El aeropuerto de Málaga, del mismo modo, es un desplazamiento aéreo de salida obligatorio según el pliego de condiciones objeto de licitación lo que "da una idea de la importancia económica que esta iniciativa supone para la provincia", ha subrayado.

La responsable socialista, del mismo modo, ha indicado que las plazas asignadas a cada una de las provincias se realiza atendiendo al total de la población de más de 65 años residente en España y el porcentaje que corresponde a cada provincia. Así, según los datos del Instituto Nacional de Estadística en la provincia de Málaga a fecha de 1 de enero de 2020 hay un total de 294.907 personas mayores de 65 años lo que supone un 3,20 por ciento del total estatal.

Los servicios incluidos incluyen comercialización, transporte, alojamiento, programa de animación sociocultural, asistencia sanitaria, seguro, otros servicios que deberá garantizar el adjudicatario (reembolso de los gastos de anulación y/o gestión ocasionados por la crisis sanitaria) y plan de medidas para evitar el contagio.

Lima ha incidido en que el Programa de Turismo para personas mayores y mantenimiento del empleo se ha llevado a cabo desde 1985 y tiene, como ejes principales, proporcionar a las personas mayores la posibilidad de desarrollar actividades culturales y recreativas, contribuyendo con ello a mejorar su salud y calidad de vida, promocionar el envejecimiento activo, fomentar la autonomía personal y prevenir la dependencia.

Este programa contribuye a potenciar el desarrollo económico del sector turístico, reduciendo la estacionalidad y, con ello, generando empleo y actividad económica durante la temporada baja de este sector. En este último sentido, afecta al sector hotelero y a otros servicios complementarios para el desarrollo del programa, como son la restauración en las zonas de destino, transporte, agencias de viajes, comercio o actividades de ocio.