Los socios de Sánchez cercan a Escrivá y le exigen no recortar las pensiones de los 'boomers': "No se nos desvíe"

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
EFE
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

Los socios parlamentarios del Gobierno se unen a Unidas Podemos en su frontal oposición a una eventual bajada de las pensiones de la generación nacida entre 1960 y 1975, conocida como la del baby boom. Este miércoles, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, volvió a abrir la puerta -de forma mucho menos explícita que la semana pasada- a acometer un ajuste a la baja en las prestaciones de estos futuros jubilados, pero se encontró con el rechazo casi unánime de formaciones como ERC, EH Bildu, BNG o PDeCAT, aliadas habituales y que el Gobierno necesita para que la reforma salga adelante.

Ante la comisión del Pacto de Toledo del Congreso, Escrivá afirmó que el sistema de pensiones es perfectamente sostenible a largo plazo, pero señaló que, para abordar el problema "coyuntural" que supondrá la jubilación de la muy numerosa generación nacida entre 1960 y 1975, hay dos soluciones: o establecer "mecanismos selectivos" que solo les afecten a ellos y no perjudiquen a los más jóvenes, o que las "paguen todos" los ciudadanos a través de impuestos. Después de las declaraciones del ministro en los últimos días, no obstante, los grupos parlamentarios tenían claro que esos mecanismos son sinónimo de "recortes". 

Y a ninguno de los portavoces les seduce la idea de ajustar las pensiones a la baja, aunque sea de forma temporal. Si finalmente quiere introducir este recorte en el mecanismo de equidad intergeneracional que negociará con patronal y sindicatos hasta noviembre, Escrivá tendrá que vencer en primer lugar las resistencias de Unidas Podemos, además de las de los propios agentes sociales. Pero, en segundo lugar, tendrá que convencer a unos socios parlamentarios que parece imposible que se muevan de su rechazo frontal a la idea.

Los morados, este miércoles por boca de su diputada Aina Vidal, argumentaron ante Escrivá lo mismo que llevan días planteando: que el sistema tiene un problema de "ingresos" y no de gastos y que su apoyo al ministro será solo "para dar garantías y asegurar pensiones dignas". "No se nos desvíe, se lo digo porque no vamos a aceptar recortes ni fórmulas raras ni a nuestras abuelas, ni a los boomers, ni a los que vengan detrás", espetó Vidal al ministro. Y en la misma línea fueron EH Bildu, BNG o ERC, cuyo parlamentario Jordi Salvador sostuvo que "la clave de todo son los ingresos" y acusó al ministro de haber diseñado "un recorte encubierto a los pensionistas".

Los socios hablan de "ataque" a los pensionistas

"Usted ha hecho lo de siempre, apelar a la sacrosanta sostenibilidad del sistema de pensiones como relato para seguir recortando, como se ha hecho siempre en las últimas décadas", denunció Salvador, que insistió en varias ocasiones en que la hucha de las pensiones se ha "saqueado". El parlamentario también denunció que la reforma vaya a penalizar las prejubilaciones sin tener en cuenta que muchos trabajadores se retiran porque "no pueden más". Y, en definitiva, anunció que "ERC no va a ser cómplice de este recorte ni de la mentira".

EH Bildu, por su parte, tuvo un tono más suave que el de los independentistas catalanes, aunque su portavoz Oskar Matute fue igual de claro: su formación no va a "participar de ninguna lectura que suponga un recorte ni un ataque a los derechos de los y las pensionistas". "De ningún tipo, ni antes, ni ahora, ni en noviembre: no lo vamos a hacer", dejó claro Matute, que afirmó que la "solidaridad intergeneracional" que debe garantizar el nuevo mecanismo debe conseguirse a través de una reforma fiscal y de cambios en la legislación laboral.

Igual de claro fue al respecto Genís Boadella, del PDeCAT, la parte de la derecha independentista catalana que ha roto con el expresident Carles Puigdemont y se ha acercado al Gobierno central en el Congreso. "Ya apuntamos que los baby boomers eran un reto para el sistema, que habría que replantear cuestiones, pero no coincidimos en la fórmula", dijo Boadella a Escrivá. Y le afeó que se justificase hace unos días diciendo que no había tenido su "mejor día". "No se trata de si usted tenía un buen día o un mal día con aquella frase, sino de que alargar la vida laboral de las personas tiene que hacerse en base a incentivos, no ante una alternativa de 'o trabajas más, o cobras menos'", espetó.

Por último, el único diputado del BNG, Néstor Rego, también cargó contra la intención de "recortar" pensiones que, aseguró, tiene Escrivá. "Usted ya avanzó que el nuevo mecanismo de equidad supondrá recortes para la generación del baby boom y después matizó sus palabras, como ya hiciera en su día con la propuesta de aumentar el periodo de cómputo, lo que supondría otro recorte", criticó Rego, que afirmó que "está claro" que las declaraciones del ministro son "un globo sonda de propuestas" que el Gobierno quiere "aplicar si no encuentra contestación social". "La nuestra, la del BNG, la tendrán", prometió.

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