Brecha educativa: los extranjeros doblan en abandono escolar a los españoles y llegan un 50% menos a la universidad

Estudiantes esperando antes del primer examen de las pruebas de acceso a la universidad (PAU), en la Facultad de Economía y Empresa de la UB
Estudiantes a punto de comenzar un examen en un aula universitaria. 
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Estudiantes esperando antes del primer examen de las pruebas de acceso a la universidad (PAU), en la Facultad de Economía y Empresa de la UB

España es uno de los países de la Unión Europea que mayores dificultades tiene a la hora de evitar que los jóvenes dejen sus estudios demasiado pronto, especialmente en el caso de los hombres, pero también padece una abrupta brecha que ensombrece aún más las perspectivas en el caso de los nacidos más allá de las fronteras.

Según los últimos datos de la estadística anual de integración de migrantes en el sistema educativo, que ha publicado Eurostat este miércoles, las tasas de abandono escolar prematuro de los estudiantes extranjeros (29%) duplican las de jóvenes con nacidos en el país (13,2%). Estos porcentajes sitúan a España entre los primeros puestos en abandono escolar prematuro tanto en extranjeros -una categoría en la que solo Italia (32,1%) tiene unos niveles superiores- como en nacionales, donde España ocupa el tercer puesto por detrás de Rumanía y Malta.

La desigualdad de oportunidades en España es muy llamativa, pero está lejos de ser una anomalía en la Unión Europea, donde varios países alcanzan niveles todavía superiores al español. Las alarmantes tasas de Grecia, donde el abandono escolar es nueve veces superior en extranjeros que en nacidos en el país, o las de Austria, Alemania, Suecia o Italia, con una proporción tres veces superior, son las más elevadas del club comunitario.

Los altos niveles de abandono escolar tanto en migrantes como en nacidos en España colocan al país como el tercero de la Unión Europea con mayor porcentaje de adultos maduros (25-54 años) que no completaron la secundaria. Más de uno de cada tres (36,1%) de los nacidos fuera no terminó la ESO, un porcentaje no muy diferente al de los originarios de España (32,3%).

Gran desigualdad en las universidades

A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países de la UE, en España esta brecha se extiende hasta los niveles más altos del sistema educativo, donde se acentúan más todavía las desigualdades. Mientras que España está entre los diez países con más porcentaje de nacidos en el país con estudios universitarios -un 46,7% de los mayores de 25 a 54 años los tienen de algún tipo- ocupa los últimos puestos en el caso de los migrantes.

Menos de uno de cada tres extranjeros en ese rango de edad (31,2%) tienen algún tipo de estudio superior, lo que arroja una diferencia de 15,5 puntos porcentuales, la tercera brecha más grande de toda la UE, solo superada por la griega (24,1 puntos) y la eslovena (21,5).

Las desigualdades por lugar de origen se extienden también al porcentaje de jóvenes que ni estudian se trabajan, un apartado en el que España tradicionalmente ha marcado los peores registros del Viejo Continente. Según los datos de Eurostat, en 2020 el número de ninis nacidos fuera de la UE y residentes en España (28,6%) prácticamente duplicó al de nativos españoles (14,8%). 

España es el tercer país de la Unión con mayor proporción de ninis nacidos más allá de sus fronteras -un 26% en el caso de los procedentes de otros Estados de la UE y un 28,6% en el de nacidos fuera de la UE-, mientras que en nacidos dentro del territorio ocupamos el sexto puesto europeo. 

Al igual que ocurre en los casos de abandono escolar prematuro, la brecha migratoria es la norma en el continente europeo, donde, de media, los ninis nacidos en el Estado de referencia duplican a los que llegaron de otros países.

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