Llegan las dos de la mañana, las luces de los locales de copas se encienden y comienzan los problemas. Esta vez, según cuenta el Diario Sur  ha sucedido en Fuengirola, en Málaga, pero parece ser una tónica que se repite por toda España. Las noches se quedan cortas para los jóvenes y cuando cierran los locales de ocio nocturno se forman grandes aglomeraciones a las puertas de los bares de copas, lo que provoca intervenciones policiales.

La madrugada del sábado pasado, como cada noche, la Policía Nacional se desplegó en Fuengirola para velar por el cumplimiento de las normas sanitarias en medio de un repunte de contagio entre los jóvenes andaluces y para evitar problemas de seguridad. Pasadas las dos de la mañana, tuvo que intervenir para dispersar a un grupo de jóvenes que se había quedado a las puertas de un local que acababa de cerrar. 

Lanzamiento de objetos, insultos y empujones

Los jóvenes, que querían seguir la fiesta, acabaron por enfrentarse con los agentes de policía a los que lanzaron vasos y botellas.  La tensión creció entre insultos, empujones y carreras  y la policía tuvo que emplear sus defensas reglamentarias, aunque, finalmente, un agente acabó herido.

La noche se saldó con un solo detenido. Un joven de 20 años que ya contaba con antecedentes policiales y que parece ser uno de los instigadores de la revuelta.  Todo sucedió ante los vecinos de Fuengirola, que grabaron desde sus casas este enfrentamiento nocturno. 

Por estas reyertas y por el preocupante aumento de contagios entre los jóvenes, algunas comunidades autónomas se están planteando ya tomar medidas más restrictivas contra el ocio nocturno e incluso llegar a cerrarlo. Sin embargo, pese a que se han notificado más de 15.000 casos de coronavirus en un solo día y la incidencia entre los jóvenes está disparada, el Gobierno descarta el toque de queda y espera que sean las comunidades las que tomen medidas.