La atención primaria en Cataluña, al límite por el aumento de contagios: "El coste será muy alto"

Facultativos de los centros de atención primaria protestan este marts ante el Institut Català de la Salut (ICS) de Barcelona con unos cubos con el mensaje 'Prou' (Basta) en la primera jornada de huelga convocada por el Sindicat Metges de Catalunya.
Facultativos de los centros de atención primaria en una protesta de octubre de 2020 ante el Institut Català de la Salut (ICS).
ACN
Facultativos de los centros de atención primaria protestan este marts ante el Institut Català de la Salut (ICS) de Barcelona con unos cubos con el mensaje 'Prou' (Basta) en la primera jornada de huelga convocada por el Sindicat Metges de Catalunya.

El aumento de casos de Covid-19 en Cataluña, especialmente entre jóvenes al no estar aún vacunados, complica la situación en los ambulatorios que, además de encargarse del seguimiento de las personas contagiadas y de sus contactos, llevan todo el peso de la vacunación.

"La mayoría de contagiados son jóvenes con síntomas que no requieren ingreso hospitalario, pero el colapso va directamente sobre una atención primaria que, si hace dos semanas estaba agotada, ahora está enfadada y agotada, y también con mucho miedo de no poder cubrir todo lo que se le exige", cuenta Enric Feliu, responsable de comunicación de la Marea Blanca de Cataluña.

Y es que, además de la detección y del seguimiento de casos de Covid, sobre la atención primaria recae todo el peso de la campaña de vacunación, que la semana pasada alcanzó las 723.000 dosis administradas en Cataluña, prácticamente el 10% de la población. Para poder llevar este ritmo y, a la vez, atender a los pacientes en los ambulatorios, muchas enfermeras doblan turno.

Así lo cuenta a este diario Glòria Jodar, vocal del Colegio de Enfermeras de Barcelona y directora del CAP de Sant Andreu de la Barca (Barcelona): "En estos momentos, la mitad de las enfermeras de este CAP, cuando acaban de trabajar en el ambulatorio, van a vacunar a otros sitios. Además, tenemos punto de vacunación en el centro, así que algunas doblan dentro y otras, fuera. La carga es muy alta y el coste que tendrá también será muy alto".

Por otra parte, lamenta que, aunque en los ambulatorios se había podido volver a hacer un seguimiento más a fondo de las personas con problemas de salud crónicos no relacionados con la Covid, el incremento de los contagios puede poner en peligro otra vez esta atención, como ha ocurrido durante las otras olas. 

"Estábamos con la atención convencional y nos desborda esta atención espontánea en la que tienes que atender la sintomatología, hacer test, realizar un seguimiento, dar bajas laborales...". Ante esta situación, Jodar pide "no volver a hacer como al principio de la pandemia" con las otras enfermedades, porque "esta gente vulnerable no lo merece y porque hemos detectado más patología".

En este sentido, Feliu señala que "el incremento de toda la actividad Covid en los CAP supone, evidentemente, en la misma proporción, una disminución de la actividad habitual", y avisa de que "ya hay centros que difícilmente hacen visitas presenciales y, con esta situación, es aún más complicado".

El colapso "no es ninguna novedad"

Jodar cuenta que la difícil situación que vive actualmente la atención primaria "no es ninguna novedad", ya que por ella han pasado la mayoría de pacientes durante la pandemia, sin contar, ya desde antes de su irrupción, "ni con la dotación ni con las ratios adecuadas". De hecho, lamenta que la primaria es tratada como "la hermana pobre del sistema" y que el trabajo que se realiza desde los ambulatorios no tiene el mismo reconocimiento que el que se hace en los hospitales, especialmente el de las enfermeras.

Este trabajo, remarca, ha hecho de "contención durante todas las olas en domicilios, residencias y ambulatorios". Por ejemplo, "cuando hubo los brotes fuertes en las residencias, fue la primaria quien dio apoyo y, cuando comenzaron las clases, también fue la primaria quien hizo los test en las escuelas", recuerda, y todo ello con la continua necesidad de "mucha más dotación, sobre todo de enfermeras, y más presupuesto".

Por su parte, Feliu destaca que "el papel de la primaria es esencial", pero lamenta que "no se ha reforzado en la misma proporción que los grandes hospitales, que además tienen una infraestructura tanto humana como de espacios que les permite afrontar mejor los retos que supone el virus". En cambio, en los ambulatorios, señala, no es así: "Tienen pocos espacios, poco personal, y cuando fallan uno o dos, el sistema se hunde".

Ante la falta de recursos, la presión recae sobre los sanitarios, que llevan un año y medio trabajando sin descanso. "No son superhéroes ni superheroínas", recuerda Feliu. "Estamos cansados, muy cansados. Los profesionales de la atención primaria necesitan vacaciones y desconectar. El año pasado prácticamente no hicimos vacaciones y este año, con esta situación, aunque nos vayamos, no dejamos de pensar en lo que está ocurriendo", cuenta Jodar.

Desescalada

Sobre el incremento de los contagios y sus causas, además de la extensión de la variante delta, Feliu señala que "creemos que la desescalada ha sido con criterios económicos y no epidemiológicos" y se pregunta si los resultados no traerán un "mal mayor" también para la economía si los países recomiendan no viajar a España ante el aumento de contagios.

Por su parte, Jodar cree que el riesgo "debería haber sido previsible" con una vacunación que ronda el 40% de personas con pauta completa en Cataluña, lejos aún del 70% necesario para alcanzar la inmunidad de grupo, y avisa de que aún falta conocer los efectos de la noche de Sant Joan.

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