La cuarta ola de COVID-19 desatada en las últimas semanas en Portugal sigue creciendo por la fuerte transmisión de la variante delta, con especial incidencia en la región de Lisboa, en una jornada en que el país ha notificado 2.449 casos y cinco fallecimientos.

Un día más, la región de Lisboa y Valle del Tajo ha acaparado la mayoría de los casos, con el 54% de los nuevos contagios, aunque en el Norte del país también hay un fuerte incremento de los positivos, según la Dirección General de Salud (DGS) de Portugal.

Uno de los principales motivos han sido las fiestas de São João de Oporto (24 de junio), que han provocado "un fenómeno de súper-transmisión, con especial incidencia en la región de Oporto", según el epidemiólogo de la Universidad de Oporto Óscar Felguerias.

Este jueves, un 23% de los nuevos contagios han sido notificados en el norte del país.

La relajación de las medidas, las fiestas, la gran transmisión de la variante delta, el turismo extranjero y eventos futbolísticos han favorecido la expansión del virus en el último mes y medio en Portugal, motivo por el que la situación se ha complicado, de forma especial, en el área metropolitana de Lisboa.

Desde que estalló la pandemia, Portugal ha notificado 882.006 infecciones y 17.101 fallecimientos. El número de hospitalizados continúa al alza, con 509 ingresados (cinco más que el miércoles), de los que 113 (siete menos) se encuentran en cuidados intensivos.

El Algarve, la región más turística en el sur del país, sigue aumentando la incidencia, motivada, sobre todo, por los casos importados de turistas extranjeros y las fiestas.

La vacuna ha posibilitado que la tasa de mortalidad sea muy inferior a la de la tercera ola (entre enero y marzo), ya que hasta el momento han sido vacunados con la pauta completa 3.158.425 personas, el 32,2 % de la población.

Además, a 2.254.615 portugueses ya les han sido inoculada una dosis de la vacuna contra la COVID.