Sánchez va en busca de inversiones a EEUU pero Biden no lo recibirá

Sánchez saluda a Biden en la cumbre de líderes.
Sánchez saluda a Biden en la cumbre de la OTAN hace dos semanas.
EFE
Sánchez saluda a Biden en la cumbre de líderes.

La buscada cumbre bilateral entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, tendrá que esperar. Moncloa está preparando una ruta en la que Sánchez acudirá a Estados Unidos este mes de julio para captar inversiones, pero en su viaje no pisará la capital, Washington D.C., lo que implica que tampoco se citará con Biden. La Moncloa, no obstante, defiende que esto es lógico porque el viaje tiene un carácter eminentemente económico.

El presidente del Gobierno aún no ha tenido su primera reunión con su homólogo norteamericano desde que este llegó a la Casa Blanca, a excepción de la breve conversación que ambos mantuvieron hace un par de semanas en los pasillos de la cumbre de la OTAN. El viaje de Sánchez a EEUU tampoco servirá para ello, ya que estará destinado a la promoción empresarial de las compañías españolas y a atraer inversores fundamentalmente en tres sectores: el financiero, el audiovisual y el tecnológico.

De ahí que, en los cinco días que durará la ruta -entre el 20 y el 24 de julio-, Sánchez vaya a visitar Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. En la agenda del presidente hay reuniones con varios representantes de grandes empresas y fondos de inversión con sede en la Gran Manzana, como Soros Fund Manager, Blackrock, Blackstone, Citigroup o Morgan Stanley. Por su parte, en Los Ángeles el presidente se reunirá con grandes empresas del sector audiovisual, que Moncloa quiere potenciar en España. Y en San Francisco, Sánchez mantendrá encuentros con compañías de Silicon Valley, entre las que se cuenta una con el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook.

La Moncloa considera que la gira de Sánchez por Estados Unidos es una buena oportunidad para fortalecer las relaciones del Gobierno con las principales multinacionales estadounidenses, especialmente en un momento en el que la recuperación económica es inminente y el Ejecutivo cree que las grandes empresas y fondos están abiertos a invertir en España. Además, al presidente lo acompañarán en su viaje representantes de varias start-up españolas, fundamentalmente del ámbito tecnológico.

Por otra parte, la Moncloa quiere aprovechar la gira de Sánchez por las costas estadounidenses para promover la difusión y la enseñanza del español en un país en el que es la segunda lengua más utilizada con millones de hablantes nativos. Desde hace dos años, de hecho, el Gobierno prepara la apertura de un Instituto Cervantes en la ciudad de Los Ángeles, que sigue adelante pese a que el año pasado se puso en riesgo por el daño económico provocado por la pandemia.

No es el primer viaje de estas características que realiza Sánchez a Estados Unidos. De hecho, en 2018 y también en 2019, cuando gobernaba en solitario, el presidente del Gobierno ya se reunió en Nueva York con varios grandes empresarios y representantes de fondos de inversión estadounidenses. Sánchez también acudió en 2018 a California, aunque evitó mantener reuniones con las principales empresas de Silicon Valley en un momento en el que el Ejecutivo estaba diseñando la llamada tasa Google.

Antes, una gira báltica

Del 6 al 8 de julio, unas semanas antes de la visita de Sánchez a Estados Unidos, el presidente del Gobierno viajará a Estonia, Letonia y Lituania para celebrar que se cumple un siglo del establecimiento de relaciones diplomáticas con los dos primeros países. Sánchez mantendrá reuniones con los primeros ministros estonio, letón y lituano y también el presidente de la república de Lituania.

En ese viaje, el presidente español también tendrá un encuentro con la líder de la oposición bielorrusa al régimen de Aleksandr Lukashenko, Svetlana Tijanóvskaya, que vive exiliada en Lituania. El pasado diciembre, Tijanóvskaya visitó España, pero entonces no pudo reunirse con Sánchez, que guardaba cuarentena por la Covid-19 y que mantuvo con ella una conversación telefónica. Fue la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, la que la recibió.

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