Txell Feixas: "En Oriente Medio incluso nacer es una cuestión de género"

  • La corresponsal afincada en Beirut publica 'Mujeres Valientes' (Península, 2021).
  • En su libro, la autora recoge trece historias sobre la revolución de las mujeres en el mundo árabe.
Txell Feixas, corresponsal en Oriente Medio.
Txell Feixas, corresponsal en Oriente Medio y autora del libro 'Mujeres Valientes'.
ORIOL ANDRÉS GALLART
Txell Feixas, corresponsal en Oriente Medio.

Son mujeres valientes porque, a pesar de vivir en una sociedad dominada por las leyes de un sistema islámico patriarcal que las maltrata, las viola, las vende, las esclaviza o las mata, saben cómo organizarse para luchar por su libertad. Un machismo violento y mortal en pleno siglo XXI que combaten con conocimiento, armas, arte y redes de apoyo clandestinas.

Trabaja como corresponsal en Oriente Medio desde hace cinco años. ¿Qué ha aprendido sobre la situación de la mujer en el mundo árabe? Lo que he ido descubriendo es que no hay un solo tipo de mujer en el mundo árabe, sino que hay muchas. Tenía en mente el estereotipo de mujer velada, sumisa, sin formación… Las hay, claro, pero también muchas otras que yo quería mostrar. Que no son víctimas, como tenemos todos en la cabeza, sino supervivientes.

bio

  • Txell Feixas es licenciada en Periodismo y corresponsal en Oriente Medio. Ha cubierto la guerra contra el Estado Islámico en Irak, la caída del Califato, la crisis hipotecaria desde Estados Unidos y en 2015 estuvo en Grecia para dar cuenta de la negociación por el rescate del país.

¿Qué supone nacer mujer en la región? En Oriente Medio incluso nacer es una cuestión de género. Mujeres valientes intenta mostrar que quizá no nazcas por ser mujer y también que quizás mueras en vida por serlo. Todo el ciclo vital puede estar condicionado por una cuestión tan básica como la de género. Allí se habla de "la maldición del cromosoma X".

Una maldición que se traduce en abusos y agresiones. Se culpa, además, a la víctima de esa violencia sexual cotidiana. ¿Cómo entienden allí el honor familiar? La mujer está oprimida por el poder político, por el espacio público y por su propia casa. A eso se le añaden los líderes de las 18 religiones que hay en el país. El tema del honor se ve claramente en la historia de Fatma que recojo en el libro, violada con catorce años y obligada a casarse con su agresor. Son su madre y su padre los que autorizan la boda con el violador, pues entienden que es mejor morir que vivir estigmatizada.

¿Y de qué manera se organiza allí el feminismo? ¿Qué papel juegan las redes de mujeres? Son redes de sororidad más discretas, menos visibles, clandestinas, por todo el peligro que les acecha. Son así para poder sobrevivir, pero no por ello quiere decir que no existan. Les han dicho: "ahora no es tu momento porque hay guerra, ahora no es tu momento porque hay crisis o porque hay pandemia". Pero ya no hay marcha atrás en su revolución y traen consigo un cambio radical.

¿Cómo gestiona Estado Islámico ese activismo? Lo venden como una herencia del colonialismo o una moda occidental. En todo caso, asocian el feminismo con un germen o con un diablo que divide y es tóxico. La política, la religión y la cultura lo han silenciado, desdibujado y alejado de sus sociedades. Sin embargo, con la globalización, todas las barreras que tenían han saltado por los aires.

La relación entre mujeres tiene otra cara oscura. En ocasiones son las primeras en acusar, señalar o, incluso, maltratar. ¿Por qué sucede? Pregunté a Ghida Anani, directora y fundadora de la ONG Abaad, una de las activistas más reconocidas y premiadas internacionalmente del país, cómo puede ser que las mujeres actúen incluso con más dureza. Me explicó que para no ser confundidas con la pecadora, la que va errada, sobreactúan en la línea contraria para ser consideradas mujeres como dios o ellos mandan.

Txell Feixas, corresponsal en Oriente Medio y autora del libro 'Mujeres Valientes'.
Txell Feixas, corresponsal en Oriente Medio y autora del libro 'Mujeres Valientes'.
ORIOL ANDRÉS GALLART

A través de la historia de Hiyam muestra cómo se convierte a las mujeres en armas de guerra. ¿Qué papel juega Estado Islámico? Hiyam fue secuestrada por los yihadistas para después ser violada, vendida y embarazada. Los yihadistas saben que haciéndoles eso a chicas de minorías religiosas, no solo las destrozan a ellas, sino que si consiguen regresar a su comunidad, van a ser repudiadas para toda la vida. Son actuaciones maquiavélicamente planeadas. La mujer delante, pero tras ella toda la comunidad sale destrozada.

Y la situación de las mujeres refugiadas es incluso peor. Ser mujer en Oriente Medio es muy duro, pero ser mujer refugiada ya es el último eslabón de esta triste cadena. Las mujeres en zona de conflicto son las más vulnerables y tienes delante cuestiones como la violación, la prostitución y el matrimonio forzoso.

"Ser mujer en Oriente Medio es muy duro, pero ser mujer refugiada ya es el último eslabón de esta triste cadena"

La historia de Benchymer pone de manifiesto la situación de las trabajadoras de la limpieza, tratadas como esclavas, maltratadas y abusadas. ¿Cómo regula el estado el servicio doméstico? La Kafala es el sistema de esponsorización que se aplica en el país y que permite que haya esclavas del siglo XXI en un país como el Líbano y en otras partes de la región. Y el gobierno lo permite porque le reporta miles de millones de dólares. Por otra parte, los países de origen -Filipinas el principal proveedor- de estas mujeres reciben tanto dinero que tampoco les interesa que esto se acabe. Y entre un país y el otro, los derechos humanos se quedan en el limbo.

Son consideradas propiedad privada. ¿Existe alguna iniciativa para combatir este tipo de mercadeo? A raíz de esa situación nace This is Lebanon, un movimiento de la sociedad civil que con su activismo pone en jaque a un sistema muy instalado. En casos como este se demuestra que solo el feminismo puede hacer frente a los gobiernos. La mujer se ha dado cuenta de que si tiene que esperar a que la religión, la política o la cultura den un paso atrás en su ideología machista y patriarcal, va a tener que esperar toda la vida. Con lo cual, empiezan a apostar por hacer oír sus voces con iniciativas sociales, feministas activistas, que son el terror de estos regímenes.

Portada de 'Mujeres valientes', libro de Fxell Feixas.
Portada de 'Mujeres valientes', libro de la periodista Txell Feixas.
PENINSULA

Las milicianas de las brigadas kurdas son otro buen ejemplo de resistencia. ¿Cómo operan? Son colectivos que batallan en dos frentes: por un lado el yihadismo y por otro el patriarcado. Su lema resume bien la lucha: solo se puede liberar a un pueblo si se libera a la mujer. Es un ejemplo de revolución histórica, aunque no tan mediática como debería. Y cuando es mediática, un punto occidentalizada y manipulada, porque también en Occidente hemos querido hacer nuestra propia narrativa. He hablado con milicianas kurdas que se quejaban de que las cosificaran, de que vieran en ellas la típica postura sexy con un kalashnikov en la espalda.

Una nueva forma de esclavitud son las intervenciones estéticas. Y Beirut es como la meca de la cirugía plástica. Es uno más de los elementos contradictorios de Beirut y del Líbano. Un doctor nos contaba que lo que más se operan son los ojos porque, al ir veladas, es la parte del rostro que más enseñan. Me sorprendió descubrir que en esas circunstancias los maridos también deciden qué retoques quieren que se hagan sus mujeres. Incluso en este momento de supuesta liberación, el hombre toma el mando.

¿Qué conclusiones saca tras recoger los trece testimonios que ofrece en Mujeres Valientes? Lo único que puede liberarte de todo este sistema patriarcal y machista es el conocimiento. La formación, en definitiva, es lo que más empodera.

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