Esta iniciativa, organizada por la Fundación RAIS, una Red de Apoyo a la Integración Sociolaboral, pretende "poner a unas personas, que de por sí son a diario estigmatizadas, a la altura de cualquiera de nosotros", señaló la directora de movilización de recursos de la entidad, María Jesús Alba.

En este sentido, Alba reconoció que este proyecto "tiene una doble motivación" para este colectivo de peregrinos, entre los que se incluyen marroquíes, venezolanos, colombianos o filipinos, ya que "ellos no están acostumbrados a conseguir muchas cosas". Por este motivo, considera que llegar a Santiago es un "doble refuerzo" para los peregrinos, que va a contribuir a "motivarles y darles autoestima" para "luchar un poco para salir adelante".

Pierden su vínculos afectivos

La mayoría de estos peregrinos sin techo son hombres, algo que Alba atribuye a que el perfil de este colectivo suele coincidir más con el de los hombres, ya que estos tienen "una raíz social menos fuerte" por lo que, tras situaciones de pérdida de trabajo o divorcio, tienen más posibilidades de perder sus vínculos afectivos.

El grupo de peregrinos, que inició el trayecto desde Ponferrada el pasado día 4, lo formaban en un principio 35 personas, pero el grupo procedente del País Vasco tuvo que abandonar el Camino para participar en un torneo de fútbol.

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