Se nos hace muy corta, demasiado corta la carretera. Y la ciudad no digamos. A pesar de la palabra MINI en su volante, de sensaciones no tiene nada 'mini' y más teniendo en cuenta que lo que conducimos es el exclusivo Mini John Cooper Works con carrocería de tres puertas (también lo hay en versión Clubman y Cabrio).
Ten cuidado dónde te metes
Y nunca mejor dicho porque este Mini es puro nervio. Es la versión más potente de todos los Minis. Se encuentra por encima del One, el Cooper y el Cooper S (174 CV). De hecho, es muy parecido a los Minis que se utilizan para competir en la Mini Challenge.
Es un coche muy divertido de conducir aunque complicado ya que esos 211 CV hacen que el coche esté siempre coleando si no se tiene el tacto adecuado con el gas. Además, ya que su estado natural es en un circuito, las suspensiones están debidamente adaptadas para que su dureza no impida hacer una conducción lo más deportiva posible. Por eso hay que tener cuidado con el tipo de carreteras por el que te vas a meter porque el Mini no recibe bien ningún bache por pequeño que sea.
Diseño exclusivo
Uno de los objetivos de esta marca es crear vehículos exclusivos tanto en comportamiento como en diseño. Su exterior llama de por sí la atención incluso en la versión menos potente de la gama, el One. Por eso, con el John Cooper Works ese carácter deportivo crece con el alerón trasero, la parrilla que permite refrigerar el motor, las taloneras con las letras 'John Cooper Works', el doble tubo de escape ubicado en el centro de la parte trasera...
Pero la experiencia Mini también sigue en el interior: volante de piel pequeño de tres radios que le da un aire racing, asientos deportivos Recaro, pedales de aluminio deportivos... También llama la atención en nuestro modelo la gran pantalla central que albergaba el navegador con pantalla TFT de 6,5 pulgadas (2.272 euros). Su funcionamiento es sencillo y práctico, muy parecido al sistema de BMW. Para manejarlo se encuentra en el suelo una palanca alargada con la que se puede dar todas las órdenes en el ordenador del vehículo.
Junto a la palanca de cambios hay dos botones llamados SPORT y DTC. El primero se ha instalado para que en ciudad la bestia esté más domada y no tengamos unas reacciones demasiado potentes que sí se notan cuando tenemos el botón Sport seleccionado. Para controlar tanta potencia se ha colocado el diferencial autoblocante electrónico, un dispositivo con el que se mejora la fuerza aplicada a las ruedas y permite una mayor aceleración y capacidad de tracción a la salida de las curvas. Además, a esto le ayuda el programa DTC que sirve de control de estabilidad que permite un cierto deslizamiento de las ruedas al acelerar antes de entrar en funcionamiento.
Los únicos peros que se le pueden añadir a este 'deportivo' disfrazado de utilitario es su pequeñísimo maletero que tiene una capacidad de 150 litros con los asientos levantados así como un precio un tanto elevado que parte de los 30.800 €.
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