La elaboración del plan de Salud Mental asturiano incluirá una consulta ciudadana sobre necesidades de atención

El Gobierno del Principado de Asturias ya ha comenzado a elaborar el Plan de Salud Mental 2021-2025, en un proceso que incluirá una consulta ciudadana sobre recursos y necesidades de atención. Así lo ha confirmado el consejero de Salud asturiano, Pablo Fernández, en una comisión parlamentaria de la Junta General del Principado de Asturias.

La citada consulta tendrá lugar en la segunda fase de un total de cinco. La primera fase que ha comenzado es la definición de la planificación, con un primer documento. Posteriormente, en la fase 3 se redactará un primer borrador, mientras que en la cuarta fase se realizarán consultas a revisores externos. La fase cinco, la última, es la que dará respuesta a las alegaciónes y al texto final, incluida una memoria económica.

Si todo va bien, ha dicho Pablo Fernández, el Consejo de Gobierno podría aprobar el nuevo plan de Salud Mental 2021-2025 en el primer trimestre de 2022. El documento tendrá "influencias" de planes de otras comunidades autónomas.

Fernández ha comparecido en la citada comisión, a petición de Podemos, acerca del Plan de Prevención del Suicidio en Asturias. Ha recordado Fernández que el programa de atención psicológica COVID-19 detectó hasta el 15 de marzo a 551 personas con problemas. Más de la mitad ya son pacientes de Salud Mental y alrededor del 23% ya reciben atención por su médico de atención no primaria.

En el transcurso de la comisión algunos diputados llegaron a hablar de sus conversaciones con sus hijos sobre un tema tan "complejo" y "delicado" como el suicidio.

Los responsables sanitarios asturianos no aportaron datos actualizados, si bien dijeron que hasta 2019 había una tendencia a la baja. En el año 2018 se suicidaron 138 personas en Asturias. De esa cantidad sólo ocho casos tenían algún criterio de riesgo suicida recogido en su historial. Es más, solamente tres habían entrado en el protocolo que se aplica en Asturias para evitar suicidios.

En este punto la jefa de la Unidad de Coordinación de Salud Mental, María del Mar Fernández, ha explicado a los diputados que una persona que se suicida no tiene por qué ser un enfermo mental. "Si alguien mayor de 80 años le diagnostican una enfermedad terminal con la que sabe que va a padecer muchos dolores y generar mucho sufrimiento a su familia termina suicidándose, ¿creen ustedes que era un enfermo mental?", ha preguntado a los diputados.

Pero además, María del Mar Fernández, en relación a cómo se afronta el problema del suicidio, ha explicado que la sociedad actual evita hablar de la muerte. Ha apostado por hablar de la muerte de forma "más normalizada".

En la etapa de la adolescencia, ha dicho que le preocupa que la sociedad actual esté "poco habituada a tolerar la frustración" y a enfrentarse a las dificultades. "No podemos seguir enseñando a los hijos la idea de que la frustración es algo intolerable o que el sufrimiento no forma parte del crecimiento y te ayuda a madurar", ha argumentado.

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