Inquilinos que no pagan sus mensualidades, que causan destrozos en los pisos o que subarriendan habitaciones.

Estos son los problemas más comunes con los que se encuentran los propietarios una vez alquilan sus inmuebles y que suelen acabar con el desahucio del inquilino.

Sin embargo, para que esta situación de conflicto no se eternice, cada vez son más los que incluyen el contrato la garantía de alquiler, que ofrece la Corte de Arbitraje. Este documento que deben firmar propietario e inquilino asegura la resolución de cualquier conflicto en menos de 30 días mediante un proceso arbitral.

En este sentido, el año pasado se firmaron en la provincia de Valencia un total de 4.386 contratos que incluyeron esta garantía, es decir, un 26% más que en 2007 cuando se formalizaron 3.458, según han informado fuentes de la Corte de Arbitraje.

En cuanto a las sentencias arbitrales (tienen la misma validez que las judiciales) como consecuencia de conflictos, el año pasado hubo un total de 413, un 16% más que en 2007. De ellas, 406 fueron por impago (59 más que en 2007), tres por daños al inmueble, dos por subarriendo inconsentido y dos por impago de suministros (agua, gas o luz).

Pero, ¿cómo incluir el impreso de garantía de alquiler en un contrato? Desde la Corte de Arbitraje han explicado que tan sólo hay que acudir a una agencia inmobiliaria homologada o a un estanco y comprar los impresos que deben firmar ambas partes por 58 euros.

La crisis ha sido uno de los factores clave que ha permitido la proliferación de los contratos con garantía. Esta opción ha ganado terreno frente a los clásicos avales bancarios puesto que con la actual coyuntura económica muy pocos son los inquilinos que pueden obtener este apoyo del banco. Y es que, según la Corte de Arbitraje, el 97% de los conflictos entre las partes surge por el impago de las mensualidades.

Alternativa a la justicia ordinaria

Los procesos arbitrales se están convirtiendo en una seria alternativa a la justicia ordinaria, especialmente por la rapidez en la resolución del conflicto. Así, mientras que estos se resuelven en menos de 30 días utilizando la garantía de alquiler, una sentencia de un juzgado, por ejemplo, por tener un inquilino moroso puede tardar en producirse entre nueve meses y un año, tiempo que además puede seguir ocupando el piso. Y es que los juzgados no dan abasto. En 2008 ordenaron 1.903 desahucios por impago, un 11,4% más que el año anterior.

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