Hoy entra en vigor la ley ‘antibotellón’ en la ciudad

  • Joaquín Loriga, Fisterra, Venezuela, Panamá y Simón Bolívar son desde ahora zonas protegidas.
  • Las multas oscilarán entre los 300 y los 3.000 euros.
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Los vecinos podrán a partir de ahora descansar mejor, sobre todo las noches de los fines de semana. Hoy entra en vigor la ordenanza municipal de la convivencia ciudadana y el ocio, también conocida como la ley antibotellón viguesa.

Joaquín Loriga ha vivido así su último fin de semana como punto de reunión de jóvenes para beber alcohol en la calle. Con la nueva normativa, los restos de botellas o plásticos y los ruidos desaparecerán. La ordenanza considera esta calle protegida, así como todo su entorno, que abarca las calles Fisterra, Venezuela, Panamá y Simón Bolívar.

Pero la prohibición de esta práctica puede extenderse más allá del centro. Tan sólo hace falta que los vecinos denuncien las molestias ante el Concello, pero las quejas deben ser reiteradas. Así, aunque el Gobierno local reconoce que también se practica el botellón en Teófilo Llorente o el Berbés, hasta que no se presenten las denuncias estos puntos no se protegerán.

Señales y multas

Para informar de la protección de cada zona, se instalarán señales verticales y en caso de que los jóvenes hagan caso omiso de las mismas habrá sanciones. Las multas oscilan entre los 300 y los 3.000 euros, en función de los daños ocasionados. De hecho, podrán sancionarse tanto a aquellos que se reúnan para beber en la calle como a quienes orinen en la vía pública.

Según el concejal de Seguridad, Xulio Calviño, no se trata de impedir las reuniones en la calle, sino de garantizar que éstas sean compatibles con el descanso de quienes quieren dormir. De hecho, sólo tendrán protección las zonas con viviendas cercanas, por lo que el botellón seguirá permitiéndose en la praza da Estrela.

Cada fin de semana en las calles de la ciudad se reúnen entre 1.500 y 3.000 personas, tal y como confirma un estudio del Valedor do Cidadán. La edad media de los aficionados al botellón son los 20 años, pero los vecinos alertan de que también hay muchos menores de edad, que consiguen el alcohol a pesar de que su venta está prohibida para los que no superen los 18 años.

Incluso en el portal de casa

El botellón en Vigo se ha ido extendiendo con el paso del tiempo más allá de la praza da Estrela. Actualmente, los vecinos denuncian que hasta en los portales de sus casas se reúnen los jóvenes para beber alcohol. «Aparecen restos de sangre, huele a orina, hacen pintadas y el ruido es insoportable. No nos dejan dormir», señalan algunos de los vecinos de Rosalía de Castro que más sufren los efectos del botellón vigués. También en el Casco Vello, los portales suelen usarse como refugio las noches del fin de semana.

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