Actor, músico... y empresario. La carrera de Fran Perea, nacido en Málaga en noviembre de 1978, siempre estará ligada, de cara al público, con un papel, el que tuvo en la serie Los Serrano, y una canción, Uno más uno son siete, precisamente la que hacía de cabecera de la ficción. Pero pocos saben que, además de todo ello, es un promotor cultural de bastante éxito, habiendo empezado su carrera menos expuesta allá por 2003.

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Tal y como ha recopilado Vanitatis, el intérprete, que está recibiendo bastantes elogios por su rol, haciendo de sí mismo, en la segunda temporada de El vecino, de Netflix, así como por sus nuevas composiciones, no ha cesado de gestionar varias compañías. Y lo ha hecho incluso desde el extranjero, cuando rodó los ocho episodios de Kosta. The paradise (en su versión original, Paratiisi) en Finlandia, país en el que la serie protagonizada por Antonio Resines y Belén Rueda fue un auténtico bombazo televisivo.

Es bastante paradigmático que en su último trabajo musical, Canciones para salvarme, Fran Perea abogue por una defensa a ultranza de la cultura, tan castigada por la pandemia del coronavirus y cuyas consecuencias aún no han acabado. Paradigmático y curioso porque precisamente su primera empresa fue una discográfica.

Sinfonía en Nobemol SL, fundada hace 18 años, fue la primera piedra del futuro como emprendedor del artista andaluz y sello discográfico de la práctica totalidad de su producción. A pesar de un descenso en ventas en los últimos años, acuciado por el Covid-19, con su nuevo disco y sus siguientes espectáculos casi seguro que vuelve a la senda de la buena salud financiera que tenía hace bastante poco.

Sus inquietudes artísticas seguían en pie después de haber abandonado tras la tercera temporada la serie Los Serrano, una experiencia, eso sí, de la que ha comentado en más de una ocasión que no solo no se arrepiente sino que la repetiría -aunque reconoce que llegó a sentirse sobrepasado y abrumado por la fama, lo cual le hizo tomar la determinación de marcharse-.

Tras trabajar a las órdenes de Antonio Banderas en El camino de los ingleses, para el público pareció que Perea desaparecía lentamente, aunque más bien al contrario, con incursiones en el cine en Las 13 rosas o De tu ventana a la mía y en el teatro, que más tarde le daría grandes alegrías. Aunque tardó nueve años, en marzo de 2012 llegó su segunda empresa, El Próximo Cruce SL.

Con ella, Fran Perea se posicionaba como el responsable tanto de la producción como de la promoción y posterior venta de entradas vinculados a  toda clase de conciertos, espectáculos musicales o de ocio, así como también de fiestas y eventos. El Próximo Cruce SL, por ejemplo, es la compañía detrás de Ymás, un proyecto que busca acercar a socios, clientes y empleados de una empresa con el sector cultural.

Tras dos años de gira, entre 2013 y 2015, con la Compañía enTRAMAdos Teatro por varios escenarios de la geografía española, el malagueño y otros compañeros forman la compañía Feelgood, bautizada así por la obra que estaban representando.

Perea y otros actores como Ainhoa Santamaría y Javier Márquez fundan esta iniciativa que desde entonces solo les ha dad alegrías, con cuatro producciones a sus espaldas: la propia Feelgood; La Estupidez, con la que Santamaría se llevaría a sus vitrinas un Premio Max a la Mejor Actriz de Reparto y tendría a Perea nominado a un Fotogramas de Plata al Mejor Actor de Teatro; El ciclista utópico; y Souvenir, con la que Fran se pudo colocar en otra posición que venía muchos años llamándole: la de director de la obra.

"Es muy peligroso tener la sensación de que tu trabajo depende de una persona siempre. Entonces, si puedo crear un tejido sobre el que generar mi propio trabajo, pues mejor", dijo recientemente en una entrevista con El País a propósito de Feelgood.

En esa misma publicación, el músico y actor también repasaba su currículum empresarial. "He tenido la suerte de que todas mis empresas se mantienen después de este palo, unas mejor que otras, pero ahí van todas. En los tiempos de encierro en Luchana estuvimos al borde de cerrar. También es verdad que ha habido ayudas del Gobierno que nos han permitido seguir abiertos", ha reconocido Perea sobre la última de sus inversiones.

La realizó en 2015 junto a otros amigos y compañeros -el proyecto está liderado por Jorge de las Heras y Ventura Gil, así como también se han mojado el calcañar de barro cultural Juan Diego, José Sanchis Sinisterra, Roberto López Peláez y Víctor Ullate- y fue la recuperación de los Teatros Luchana de Madrid.

Así las cosas, parece que Fran Perea siempre fue mucho más aquel Marcos que marcó, valga la redundancia, a toda una generación. El ejemplo más reciente, su premio al Mejor Actor en la gala Málaga Cinema, entroncada con el festival de la ciudad que le vio nacer.