La casa natalicia de San Vicente Ferrer reabre tras su restauración

  • El emblemático inmueble de València, que conserva la cripta original, vuelve a celebrar misas y a recibir visitantes.
La tambié conocida como Casa del Pouet ha sido rehabilitada por el Ayuntamiento de València.
La conocida como Casa del Pouet ha sido rehabilitada por el Ayuntamiento de València.
Alberto Sáiz / AVAN
La tambié conocida como Casa del Pouet ha sido rehabilitada por el Ayuntamiento de València.

La casa natalicia de San Vicente Ferrer, conocida como el Pouet de Sant Vicent, en la calle del mismo nombre en València, ha reabierto al culto este pasado sábado con la celebración de una misa, tras finalizar la reforma que ha durado un año y que ha permitido reparar el tejado y las humedades y recuperar unos azulejos del siglo XV y la bóveda original de la capilla, entre otros hallazgos.

Las obras, que han sido desarrolladas por el Ayuntamiento de València, comenzaron en junio de 2020 tras la petición de la comunidad de dominicos, "considerando el sexto centenario de la muerte del santo una buena efemérides para realizar la restauración de su casa natal, afectada por múltiples patologías (humedades, termitas y carcoma) acumuladas a lo largo de 70 años, ya que el edificio actual data de 1950", explicó el dominico José Manuel Alcácer, superior de la comunidad en la casa natalicia.

La reforma de la casa en la que nació en 1350 el patrón de la Comunitat Valenciana ha permitido descubrir unos azulejos del gremio de Boneters, "que ocuparon la casa durante casi todo el siglo XV", con imágenes que se asemejan a un birrete, y que fueron encontrados en un respiradero de la cripta donde está el pozo, "la única parte de la casa que se conserva que podría ser de la época del santo y que a mediados del siglo XIV se supone que estaba a nivel de calle", detalla Alcácer.

En la cripta se ha dejado al descubierto una pared para averiguar qué hay detrás y para mostrar los estilos arquitectónicos de los siglos XVII y XVIII.
En la cripta se ha dejado al descubierto una pared para averiguar qué hay detrás y para mostrar los estilos arquitectónicos de los siglos XVII y XVIII.
Alberto Sáiz / AVAN

La cripta "es, sin duda, el lugar más emblemático del edificio, por su famoso Pouet que otorga la denominación a la casa, y a cuya agua se ha atribuido toda clase de favores e incluso milagros, y también la columna que sostiene lo que era el primer piso de la casa, que actualmente es la Capilla del Nacimiento", señala Alcácer.

Precisamente en la cripta, "se ha dejado al descubierto una pared para averiguar qué hay detrás y para que puedan verse los distintos estilos arquitectónicos, ya que el edificio fue restaurado dos veces, en los siglos XVII y XVIII, antes de la construcción del edificio actual, en 1950, cuando se derribó la casa original excepto la cripta".

También en la cripta, donde han sido eliminadas las humedades, "llama la atención un gancho oxidado que cuelga del techo, que se ha dejado al descubierto, y que posiblemente fue la antigua polea con la que se sacaba el agua del pozo hace siglos".

La bóveda original de la Capilla del Nacimiento, al descubierto

La restauración ha permitido reparar "todo el tejado de la calle del Mar, que estaba a punto de derrumbarse porque las vigas ya no apoyaban en los pilares y la madera estaba carcomida", asegura el superior.

La restauración ha permitido reparar el tejado de la calle del Mar, que estaba a punto de derrumbarse, el zaguán (con valiosa azulejería valenciana del XVIII), la bóveda gótica de la capilla, un cuadro de V. López y la iglesia octogonal.
La restauración ha permitido reparar el tejado de la calle del Mar, que estaba a punto de derrumbarse, el zaguán (con valiosa azulejería valenciana del XVIII), la bóveda gótica de la capilla, un cuadro de V. López y la iglesia octogonal.
Alberto Sáiz / AVAN

También ha sido reformado el zaguán, "con valiosa azulejería valenciana del siglo XVIII" que da acceso a la Capilla del Nacimiento, en el primer piso, donde se ha restaurado una obra del pintor Vicente López que representa el nacimiento de San Vicente Ferrer, así como la bóveda de estilo gótico, "muy valiosa por su nervatura dorada, que se ha respetado, elemento arquitectónico que estaba tapado por otra bóveda construida con posterioridad que ha sido eliminada".

Igualmente, ha sido reformada la iglesia octogonal, construida en 1950 y cuya puerta principal se abre a la calle del Mar. En ella se ha mejorado la iluminación y recuperado "el color genuino de sus arcos de piedra y de la pintura" y se han restaurado sus imágenes "sobre todo el retablo y la imagen de san Vicente que preside el altar mayor, ambas presas de la carcoma". También ha sido rehabilitada la Sala de Predicación, o sala de interpretación vicentina, donde se conserva la única imagen del santo sentado.

El dominico José Manuel Alcácer, superior de la comunidad presente en la casa, muestra el famoso 'Pouet'.
El dominico José Manuel Alcácer, superior de la comunidad presente en la casa, muestra el famoso 'Pouet'.
Alberto Sáiz / AVAN

Culminada la rehabilitación, la casa natalicia de San Vicente Ferrer abre de nuevo al culto con la celebración de misas todos los días laborales y los sábados y vísperas de fiesta, a las 20.00 horas, y los domingos y festivos, a las 13.00 y a las 20.00 horas. Además, el horario de visitas es de 10.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, de lunes a viernes; y los sábados, de 10.00 a 13.00 horas.

La casa, como centro de estudio vicentino

Muerto San Vicente Ferrer y desaparecida su familia, el primer propietario de la casa natal fue el Gremio de Boneters, que levantó una capilla u oratorio en honor al santo, que era su patrón, y posteriormente, pasó a pertenecer al Convento de Predicadores.

En 1573 pasa a ser propiedad del Ayuntamiento de València con la condición, puesta por el Provincial de los dominicos de entonces, de que se mantenga el culto a San Vicente Ferrer. Ya en el siglo XX, concretamente en 1915, se firma un convenio por el que el Consistorio mantiene la propiedad y cede a la comunidad de dominicos el culto al santo, la capellanía y la presencia en la casa.

Tras la restauración acometida, la idea es que la casa natalicia cumpla una triple función: "Seguir siendo un lugar de culto vicentino, convertirla en un centro de estudio de la figura de San Vicente Ferrer y en un foco de divulgación de la personalidad y obra del patrón de la Comunitat Valenciana", concluye Alcácer.

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