Los niños y los adolescentes aragoneses recurren cada vez más al Teléfono del Menor para asesorarse o desahogarse. Sólo en 2008 el número de llamadas que recibió este teléfono se incrementó un 13% respecto a las del año anterior, una media de 172 al mes, mientras que el promedio mensual era de 151 en 2007, sobre todo, para comunicar casos de violencia o de aislamiento.

En total, este servicio de ayuda atendió 2.072 consultas, 252 más que en 2007 (cuando fueron 1.820), según señalaron los responsables de la fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (promotora de esta iniciativa) a 20 minutos.

Las situaciones de violencia, tanto en la escuela como en el hogar, y los problemas para relacionarse con su entorno son los problemas más habituales que consultan los menores de la comunidad. En concreto el 13% y el 23% de las llamadas están provocadas por estos motivos.

«Notamos una gran falta de comunicación entre los padres y los niños, dado que estos últimos recurren primero a nuestro servicio, pero lo más importante es que los padres estén enterados de todo lo que concierne a sus hijos», subraya la subdirectora del Teléfono del Menor, Diana Díaz. Los expertos recalcan en que es necesario desterrar el castigo físico y la humillación para corregir el mal comportamiento sin bajar la autoestima al niño. «Los padres son siempre un ejemplo», añade Díaz.

Los problemas psicológicos y sexuales son otras de las consultas frecuentes que recibe el Teléfono del Menor (900 202 010). Este número es gratuito, confidencial y está activo las 24 horas del día durante todo el año. Ofrece ayuda psicológica, asesoría social y jurídica de forma inmediata y está atendido por psicólogos especializados en tratar con niños y adolescentes.

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