Siete personas han sido detenidas en la región de Cornualles donde se celebra la cumbre de líderes del G7, por estar en posesión de granadas de humo, pintura y megáfonos, según informó este viernes la Policía británica. Los agentes sospechan que estaban preparados para protestar contra los mandatarios de forma no pacífica. 

Así arranca la primera cumbre presencial de los principales líderes mundiales la pandemia de coronavirus, accidentada. Y no es la primera complicación de esta reunión, esta misma mañana, las autoridades han tenido que cerrar el hotel en el que se alojaba la delegación alemana por un brote de Covid.

Los arrestos se produjeron durante un control de seguridad en la localidad de Hayle, a unos 6 kilómetros de Carbis Bay, donde se hospedan los mandatarios de los países del G7, en la tarde del jueves. Dos hombres y una mujer, de entre 20 y 30 años, continúan detenidos bajo sospecha de "poseer objetos destinados a cometer daños", mientras que otros dos hombres y dos mujeres, de entre 26 y 45 años, están también bajo custodia como sospechosos de "conspiración para cometer alteraciones públicas".

Las autoridades han confirmado que cerca de 40 grupos han solicitado de manera oficial el permiso para manifestarse durante la celebración de la cita internacional. "Continuaremos facilitando las protestas legales y seguras, pero la actividad criminal y los desórdenes públicos no serán tolerados", advirtió la policía.

Las autoridades británicas han establecido espacios en las poblaciones de Truro y Falmouth donde estarán permitidas las protestas durante la cumbre, si bien grupos como los ambientalistas Extinction Rebellion han advertido que tratarán de llevar sus manifestaciones más cerca del hotel donde se alojan los líderes.

Más de 5.000 agentes de diversas regiones de Inglaterra se han trasladado al extremo suroeste de Cornualles para velar por la seguridad de la reunión del G7, que comienza hoy y durará hasta el próximo domingo.