Descubren alteraciones en el cerebro de los niños que sufren obesidad

  • Un estudio vincula la obesidad con una patología cerebral similar al trastorno obsesivo-compulsivo.
  • El 38% de las niñas y el 40% de los niños de entre 6 y 11 años sufren sobrepeso u obesidad en Cataluña.
  • Los expertos apuntan a la alta disponibilidad de alimentos hipercalóricos y a las pantallas como dos de sus causas.
Un niño bebe un refresco junto a una máquina con bebidas y bollería industrial.
Un niño bebe un refresco junto a una máquina con bebidas y bollería industrial.
GTRES
Un niño bebe un refresco junto a una máquina con bebidas y bollería industrial.

Un estudio liderado por investigadores del Hospital de Mar y del Instituto de Salud Global de Barcelona revela que determinadas zonas del cerebro de los niños con obesidad presentan alteraciones si se comparan con los que tienen un peso normal o sobrepeso. Estas alteraciones vinculan la obesidad con una patología cerebral similar al trastorno obsesivo-compulsivo, puesto que son las mismas zonas afectadas. Los resultados se publican en la revista 'Cerebral Cortex'.

"La obesidad en general, y en particular la infantil, se enfoca como un mal hábito y se señalan determinados alimentos como responsables, pero no es del todo así", indica el doctor Jesús Pujol, autor del estudio y responsable de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética del Hospital del Mar. 

Los investigadores han podido certificar que el cerebro de los niños que sufren obesidad presenta rasgos diferentes respecto al de los que tienen peso normal o sobrepeso. Es la primera vez que se hace un estudio de este tipo en menores de edad y se documentan estas alteraciones en niños y niñas que sufren obesidad.

Alteraciones cerebrales

Los autores del estudio han analizado imágenes del cerebro de 230 niñas y niños de entre 8 y 12 años -voluntarios del estudio BREATHE liderato por ISGlobal- y han observado que hay dos zonas que tienen alteraciones y se encuentran hiperexcitadas.

Se trata de la corteza orbitofrontal y la amígdala, los centros que regulan las sensaciones de recompensa y de castigo y su relación con la parte del cerebro que regula las necesidades básicas, como la comida y las emociones, y la corteza somatosensitiva, donde el cerebro representa la imagen de nuestro propio cuerpo.

Estas alteraciones son iguales que las de las personas que sufren un trastorno obsesivo-compulsivo y que las de aquellas que tienen la enfermedad de Prader-Willi, de origen genético, que produce un trastorno obsesivo y deriva en obesidad.

Alteración de la conectividad en la corteza orbitofrontal y somatosensorial.
Alteración de la conectividad en la corteza orbitofrontal y somatosensorial.
Hospital del Mar

Ansiedad permanente

"El niño obeso es un niño que sufre mucho su problema y sufre la idea obsesiva alrededor de la comida. La comida no lo tranquiliza, no disfruta, solo le saca la ansiedad de forma parcial", explica Laura Blanco-Hinojo, investigadora de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética y firmante del estudio. Es decir, la obsesión para comer invade la mente de la persona, hecho que es vivido de forma negativa, con sufrimiento, algo que no ocurre con los niños con peso normal o sobrepeso.

La alteración del sistema que regula la conducta se puede considerar que llega al nivel de patología cerebral, hecho que hay que tener en cuenta. "La intervención terapéutica es totalmente necesaria", señala el psicólogo Gerard Martínez-Vilavella, de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética del Hospital de Mar y participante en el estudio. "En el sobrepeso hay alteraciones cuantitativas que indican que el cerebro funciona diferente, pero en el caso de la obesidad, ya entra en la categoría del hecho patológico", añade.

El hecho de tener hiperexcitadas estas zonas del cerebro provoca una ansiedad permanente en los niños con obesidad y, a la vez, altera la misma percepción del cuerpo, magnificándola. Por eso, los responsables del estudio destacan que hace falta un abordaje multidisciplinario y tener en cuenta que estos niños se encuentran todavía en un momento de formación de la personalidad y de las estructuras y conexiones cerebrales.

Los investigadores apuntan que el estudio no permite determinar si la obesidad genera las alteraciones cerebrales o si son estas alteraciones las que provocan el sobrepeso y la obesidad, pero que hay que tener en cuenta los dos factores, la alimentación y la patología cerebral.

"Una de las mayores epidemias del siglo XXI"

Jordi Sunyer, investigador de ISGlobal y último firmante del trabajo, destaca que la alta prevalencia de obesidad infantil es "una de las mayores epidemias del siglo XXI". "El descubrimiento de alteraciones en el funcionamiento del cerebro en las áreas relacionadas con la recompensa y la visión del cuerpo de estos niños y niñas indica que su tratamiento tiene que ser dirigido también a nivel individual. El hecho que estas alteraciones sean comunes con enfermedades mentales y del cerebro orienta hacia el tipo de prácticas terapéuticas. Con todo, no se puede obviar que la gran disponibilidad de alimentos hipercalóricos, el exceso de pantallas y vida interior y la movilidad pasiva son los determinantes ambientales, que también hay que dirigir", indica.

El 38% de las niñas de entre 6 y 11 años de Cataluña sufren sobrepeso u obesidad, cifra que llega al 40% entre los niños de la misma edad, según un estudio del ISGlobal y del Instituto IDIAPJGol realizado con más de un millón de niños y publicado en 'Jama Network Open'. La prevalencia ha disminuido en general, pero se ha incrementado en las áreas urbanas más desfavorecidas. Se considera que un niño sufre obesidad cuando tiene un peso que se sitúa en el percentil 95 de la media correspondiente a su edad.

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