Rocío Carrasco está convencida de que, gracias a los nuevos testimonios y diversas pruebas documentales, se podrá reabrir el procedimiento de los presuntos malos tratos. Cuenta con el fervor de quienes creen, sin fisuras, que lo explicado en televisión es totalmente cierto. También se estudia la posibilidad del inicio de acciones por parte de una posible acusación popular que podría servir de gran ayuda.

Es tal la polvareda mediática levantada que en las universidades de Derecho se está abordando este asunto. Hasta el punto de que estudiantes como la periodista Mónika Vergara preparan su trabajo de fin de grado sobre el vacío legal que hay en torno a la ley del menor. También pretende ahondar en la conveniencia de hacer públicos documentos y sentencias relativos a menores de edad. Extremo al que se acogen parte de los miembros de la familia, incluido Antonio David. 

Eso sí, irrita, molesta y da escozor el cambio de tercio de Ortega Cano con Amador Mohedano. Debería ocuparse y preocuparse más en que no sea teledirigido por esa Ana María Aldón que parece haberse tragado al periodista José María Carrascal, corbata incluida.