El curioso viaje de una manada de 15 elefantes asiáticos que lleva un año vagando por China ha generado una gran expectación entre las autoridades y expertos del país, que tratan de averiguar qué motivo empujó a estos paquidermos a abandonar el año pasado su hábitat natural y recorrer unos 500 kilómetros en la provincia de Yunnan (suroeste).

Los desplazamientos de estos animales a través de grandes áreas son habituales, ya que se mueven en busca de comida, ha explicado al diario The New York Times Ahimsa Campos-Arceiz, investigadora principal del Jardín Botánico Tropical Xishuangbanna, especializado en elefantes. Este fue el motivo por el que su odisea había pasado casi desapercibida durante meses.

No fue hasta el pasado abril cuando los investigadores y funcionarios del gobierno chino comenzaron a darse cuenta de lo lejos que había llegado esta manada. La semana pasada empezaron a circular en las redes sociales imágenes de los elefantes caminando por una zona residencial, lo que causó un gran interés en los medios locales y despertó el revuelo entre la población, que comenzó a preguntarse el porqué de su viaje.

El paso de estos animales por poblaciones también ha movilizado a las autoridades chinas, que pusieron en marcha un dispositivo para minimizar el contacto de estos paquidermos con los humanos.

Para ello, el equipo de seguimiento de estos paquidermos ha tratado de guiar a los animales creando barreras y usando toneladas de comida como plátanos, piñas y maíz de cebo, para mantener a los animales alejados de las áreas habitadas.

Según medios estatales, el viaje de estos elefantes comenzó en marzo de 2020, cuando un grupo de 16 elefantes partió desde la Reserva Natural Nacional de Xishuangbanna, en la frontera suroeste de China con Laos, rumbo al norte, hacia la ciudad de Pu'er.

Hasta allí llegaron en el mes de noviembre, cuando una elefante hembra dio a luz a un bebé, motivo por el que la manada permaneció cinco meses en ese lugar. Posteriormente, el 16 de abril, los paquidermos reanudaron la marcha y una semana después, dos elefantes abandonaron el grupo, con lo que los 15 animales restantes continuaron su trayecto hacia el norte.

Sin embargo, la llegada de estos animales a zonas de población no ha sido siempre bien recibida, ya que a su paso han causado mucha destrucción, comiendo campos enteros de maíz y destrozando graneros, informa The Guardian.

Mientras siguen investigando por qué este grupo de elefantes decidió abandonar su hogar, las autoridades chinas han pedido a la ciudadanía que se mantenga alejada de estos animales y les ha recordado que pueden ser peligrosos.

A pesar de ver reducido su espacio natural debido a la deforestación, la población de elefantes en China ha crecido en los últimos años, al pasar de unos 200 que había hace décadas a 300 ejemplares de elefantes asiáticos, según la agencia estatal Xinhua.