La concejala de Urbanismo, Cristina Vidal, y el alcalde, Javier León de la Riva, aseguraron ayer que fue «materialmente imposible» evitar que tiraran el pasado viernes las dos fachadas catalogadas en la calle Labradores.
«El técnico habló con el arquitecto para explicarle lo que había que hacer. Éste le contestó ‘sí, sí' y cuando se dio la vuelta metió la pala y se cargó los dos edificios», aclaró Vidal, quien subrayó que cuando ella se enteró ya no servía de nada parar la demolición porque en dos horas sólo quedaba la parte baja. «El arquitecto y la empresa sabían perfectamente que estaban cometiendo una infracción y por supuesto les llegará una sanción».
Si los hechos, como parece, son calificados como muy graves, la Ley de Urbanismo de Castilla y León establece multas de hasta 1.800.000 euros. El PSOE pidió ayer más prevención para que no suceda más veces.
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